El título completo del libro es “Palabras como puños. La intransigencia política en la Segunda República
española”, Editorial Tecnos (Grupo Anaya S.A.), 2011, 675 páginas con
Bibliografía incluida.
La obra está dirigida por Fernando del Rey, y cuenta
con la colaboración de Gonzalo Álvarez Chillida, Manuel Álvarez Tardío, Hugo
García Fernández, Eduardo González Calleja, Pedro Carlos González Cuevas, Diego
Palacios Cerezales y Javier Zamora Bonilla, todos ellos politólogos e
historiadores de las universidades Complutense, Carlos III, Rey Juan Carlos,
Autónoma de Madrid y UNED.
Cada uno de estos historiadores narra las actuaciones
de los principales actores intervinientes en aquella desastrosa república:
socialistas, comunistas, anarquistas, radicales socialistas, monárquicos, etc,
etc.
El libro consta de X Capítulos, todos ellos
interesantísimos. Destacaríamos el segundo intitulado “De los soviets a las Cortes. Los comunistas ante la República”,
página 111. Dentro de este capítulo hay un apartado intitulado “1. La cultura y la práctica comunistas ente
1917 y 1931”, en donde se lee, entre otras cosas, que los comunistas tenían
una “obsesión con el ejemplo bolchevique”,
mostrando una “desconexión de la realidad
española” (página 113).
En la página 425, nos comenta Pedro Carlos González
Cuevas, dentro de Capítulo V I I intitulado “El
sable y la flor de lis. Los monárquicos contra la República”, algo sobre
Manuel Azaña, al que algunos admiran hasta caerles la baba. Dice del alcalaíno:
“No existió, por
su parte, el menor intento de pacto o de entendimiento; careció de la lucidez
necesaria a la hora de distinguir entre adversarios y enemigos; sus discursos
de este período son acres, desafiantes, despectivos, empapados de soberbia y de
violencia”.
Dentro de este mismo Capítulo, en la página 458 nos
comenta algo el autor sobre Indalecio Prieto:
“Y es que cuando
Prieto amenazaba con la revolución, era portavoz de una opinión muy extendida
en su partido. Desde septiembre de 1933, tras su salida del Gobierno, Largo
Caballero y Prieto se habían declarado partidarios de la conquista
revolucionaria del poder para implantar el socialismo”.
En fin, libro interesantísimo y documentadísimo. Pero
claro, oiga, este libro no se ve por las librerías, como tampoco comentan nada
sobre él los de la internacional de la mentira, del odio y del terror.
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