Como hay que
“recuperar la memoria histórica”, vamos a ello. Como siempre decimos, nosotros
“recuperamos” la reciente.
Allá por el año 1982, cuando lo de “cien años de honradez”, “800.000 nuevos puestos de trabajo”, etc, surgió “un hombre nuevo”: todo aquel que repitiese los nuevos y viejos tópicos de la izquierda, era considerado una persona cultísima, capacitada para opinar sobre religión, moral, política, astronomía y hasta sobre etnografía peruana. Aquellas elecciones llevaron al Parlamento, a las redacciones de los periódicos, a las Universidades, a las televisiones, etc, cantidades ingentes de semejantes individuos los cuales, inmediatamente, se pusieron a nivelar los valores culturales, éticos y morales con el rasero de su propia estatura intelectual creando lo “políticamente correcto”.
Todo esto trajo como consecuencia la LOGSE (¿se acuerdan?), que ha dejado en
nuestros jóvenes un panorama de estupidez desoladora, debido al contenido
patético de los libros de texto y a la ignorancia de los nuevos “gestores
culturales” y “pedagogos antiautoritarios” que, con sus “tacos”, “buenos”, “o
sea”, “han habido”, “entrenos”, etc, etc, dieron, y dan, toda una lección de
gramática, elocuencia y léxico.
La calidad de la enseñanza y la cultura para esta gente se mide por los discos
editados, por el número de ordenadores conectados a Internet, por películas
premiadas, etc, y no por recuperar unos valores que han sido olvidados y
borrados: el esfuerzo, la disciplina, el respeto a los demás, el trabajo bien
hecho, la educación, etc. Pero, claro, estos valores no son “políticamente
correctos”.
Aquella LOGSE no sólo acabó con los valores antes expuestos, sino que también
trajo la permisividad y la eliminación de las dificultades, autorizando a los
alumnos a pasar curso con unas cuantas asignaturas suspensas. También trajo
como consecuencia el llevar a España al puesto segundo de Europa con mayor
fracaso escolar.
Después de todo este desaguisado, nos llegó ZP diciendo que todo el mundo
aprendería inglés, que habría un ordenador por cada dos alumnos, que se
aumentarían las horas y los días de clase (“para que los chavales no jueguen
en la calle”), que los libros de texto serían gratuitos, etc ¿De dónde iba
a salir el dinero para pagar todo esto? ¿Creía de verdad el susodicho ZP que
los maestros se encontraban capacitados para enseñar a manejar los PC a los
chicos?
Lo peor de todo es que aquel nefasto período del “Zapaterato”, preñado de
discursos y sermones estériles, dejó una España en quiebra, rota y desunida.
¡Ah!, ¿se acuerdan de las palabras que soltaba el Gran Timonel ZP al terminar
sus mítines? Pues eran “fuerza y honor”, una auténtica consigna
castrense e imperialista que usaban las antiguas legiones romanas cuando
entraban en combate ¡Toma “memoria histórica”!
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