Así, lo que se llama o se entiende por azar, no es más
que el sometimiento de nuestras vidas, en cualquiera de sus aspectos, a la
incógnita, casi nunca despejada, del revés. De aquí que a los fracasos, a las
derrotas, a las cosas torcidas que nos salen, etc, etc, se les denominen
reveses.
Dichos reveses se deben, en muchos casos, y en muchos
aspectos, a las limitaciones propias del ser humano. Pero, siempre hay un pero,
en el aspecto político muchas veces los mentados reveses no son tenidos en
cuenta por razones ideológicas. Y sucede lo que sucede: las cosas son como
dicta el panel pergeñado para obtener beneficios políticos de partido. A veces
son todo lo contrario, pero las anteojeras no dejan ver las contrariedades.
Todo esto viene a cuento por ese radicalismo que
estamos viviendo en estos momentos en España por mor los partidos comunistas,
socialistas y nacionalistas, que no saben ni quieren ver, por razones puramente
partidistas e ideológicas, el revés de las cosas. De lo que se trata es de
enfrentar a los ciudadanos. La táctica de siempre. Tal enfrentamiento puede
producirse en cualquier momento porque, oiga, la “causa” es bondadosa y
moralmente superior. La memoria “histórica” y la “democrática”, así lo atestiguan,
oiga.
Esto último que decimos quedó reflejado en el anterior
gobierno del PPSSOOEE conducido por el
ignaro ZP. Este partido perseguía, y continúa persiguiendo desde la oposición,
de forma insensata e inepta, cambiar el régimen constitucional, del que tanto
hablan cuando les interesa.
Lo peor del asunto es que, en ciertos aspectos, el
actual gobierno está emulando al de la banda de Zapatero. Como ya hemos dicho
en otras ocasiones, la que nos espera es gorda, como estamos viendo.
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