Como ya saben, el cínico y criminal Che Guevara decía en abril de 1967:
“El
odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más
allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una eficaz,
violenta, selectiva y fría máquina de matar”.
El regreso del socialismo más execrable, esta vez de
la mano de Pedro Sánchez, ha servido para que los ultras izquierdistas vuelvan
a las andadas de la Segunda República persiguiendo a los cristianos en general,
y a los católicos en particular. Al Islam, ni mu.
Como recordarán (hay que recuperar la “memoria
democrática”), los comunistas de Izquierda Unida anunciaron en su día un “nuevo
proyecto” de la “memoria histórica” en el que, entre otras cosas, se pedía
suprimir los acuerdos entre España y la Santa Sede suscritos en 1979, acuerdos
para proteger los derechos de los católicos que, como ya saben también, somos
la mayoría de españoles. Por tanto, hay que respetar la libertad de culto, la
enseñanza, los templos, etc, etc.
Curiosamente, ese “nuevo proyecto” comunista silenció,
omitió, excluyó, descartó, etc, toda reseña y noticia sobre pactos, convenios,
acuerdos, etc, firmados en su día con la Iglesia Evangélica, así como con
corporaciones, asociaciones y comunidades judías, e incluso con la Comisión
Islámica. Es decir, que si este “nuevo proyecto” se lleva a cabo, los
componentes de estas minorías religiosas, estarían protegidos, defendidos y
amparados por estos acuerdos silenciados. Sin comentarios.
En una palabra, el odio “guevarista”, consustancial
con el comunismo, se sigue transmitiendo principalmente contra el cristianismo.
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