martes, 16 de abril de 2024

El Estado docente


 

Hemos escrito varias veces  sobre este tema. Y volvemos. Y lo hacemos para denunciar este desastroso sistema educativo que el actual gobierno no quiere modificar. Claro que si lo hiciese, sería el octavo sistema en poco menos de cuarenta años.  Es decir, un cambio cada cinco años ¡Increíble!

Aunque de esto no se hable, la Iglesia Católica se ha preocupado por las políticas que se están aplicando en el sistema educativo español desde hace varios años. Y se preocupa porque están en juego cosas tan importantes como la libertad, la justica, la igualdad entre las personas y otras muchas cosas.

Como es sabido, toda persona tiene derecho a la educación y a la enseñanza, y para que esto se lleve a cabo de una manera real, el sistema educativo tendrá que estar al servicio de las personas y no al servicio de ideologías, de grupos políticos de presión, etc. Es decir, la educación y la enseñanza quedarían fuera de cualquier proyecto político. Sólo tendrían que dedicarse a la formación integral de la persona, haciéndole ver las responsabilidades de todo tipo que adquiere al integrarse en la sociedad.

La educación en estos  momentos en España, es de auténtico desastre, como ya hemos dicho antes. No hay nada más que verlos informes PISA. La culpa la tienen los partidos políticos: les preocupa más defender sus postulados, la mayoría de las veces situados en polos opuestos, que implantar una auténtica enseñanza.

Dichos partidos hablan mucho y constantemente de igualdad y de libertad pero, claro, como estos dos conceptos se ven desde diferentes ópticas, el conflicto y la disputa sociopolítica están servidos.

A las formaciones políticas  les falta modestia y les sobra soberbia y presunción. En el tema que nos ocupa, que es de una gran complejidad,  no se puede andar con simplificaciones por mor de la ideología, siendo dichas simplificaciones una de las causas del actual desastre.

No cabe duda de que el Estado tiene una gran responsabilidad en el tema de la educación y de la enseñanza.  Entre sus deberes, debe   velar por el efectivo derecho de las personas a la educación, impedir desigualdades o discriminaciones, además de otras cosas. Esto está claro. Pero ello no se le debe dar al Estado patente de corso para erigirse en el “Estado docente”, porque invadiría los derechos de la familia.

Es obvio que el derecho a la educación es de los alumnos ¿Qué sucede en los primeros años de vida de una persona? Pues sencillamente que este derecho pasa a sus padres, a la familia. Y de aquí viene el derecho de los padres para elegir el tipo de educación que esté de acuerdo con sus principios y convicciones. Pero claro, oiga, ya se encargarán los fámulos y trompetistas de lo políticamente correcto de plantear y exponer el falso y manido dilema entre estatal y privado. Así nos luce el pelo.



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