Recordamos que
cuando en el trabajo surgía algún problema de complicada solución, siempre se
decía coloquialmente: hay que echarle “una pensada”. Y esto es lo que vamos a
hacer nosotros ante el gran problema de dificilísima solución que tiene España
en estos momentos, problema que no es otro que la grave situación política,
social y económica en la que estamos inmersos.
Esta grave situación ha hecho que la desconfianza sea el denominador común de la sociedad española. Esta desconfianza no es sólo por la situación económica, sino porque estamos viendo que los pilares básicos sobre los que tiene que sustentarse todo Estado de derecho, se están hundiendo y tambaleando.
Así, estos gobiernos que hemos tenido, así como el actual, en vez de mirar por
los intereses generales de nuestra Patria (concepto este que ahora no se usa),
sólo miran por los asuntos suyos y por los de los grupos afines que les puedan
ayudar a mantenerse en el poder. Esto es, ni más ni menos, estar fuera de la
ley.
Como recordarán, (hay que recuperar la memoria histórica),cierto inepto que
hemos tenido de presidente anteriormente, fue el hazme reír cuando manifestaba
cada dos por tres, con gran osadía y atrevimiento, que estábamos en “recuperación
económica”, recuperación que dejo un pufo de casi un billón de euros.
Por otra parte, su incoherencia política fue la que produjo todo este revoltijo
y desbarajuste tanto a nivel social, educativo, moral ,etc. Claro que para él y
su pandilla de íncubos, este desbarajuste no era tal, sino una trama
maquiavélicamente concebida no para la transformación y mejora de España, sino
para su destrucción. Efectivamente, a nuestra Patria “no la conoce ni
la madre que la parió”.
En lo que a educación se refiere, con la implantación e imposición de la EpC (“Educación
para la ciudadanía”) se persiguió crear una nueva moral contraria, opuesta y
distinta a la cristiana.
En lo económico, poco se puede decir que ya no se sepa: política
intervencionista, fracaso, derroche por doquier, “chiringuitos” por todas
partes, corrupciones, etc.
Políticamente, la cosa no tiene nombre: quiebra y fractura de la Patria. Y en
cuanto a política exterior se refiere, la cosa fue esperpéntica: obsesión por “La alianza de civilizaciones”.
Pero hay más. No contento con todo lo anterior, volvió a la carga con el tema
de la Guerra Civil Española con el objeto de abrir de nuevo viejas heridas para
enfrentar a los españoles. Mal asunto este. El daño que ha hecho a España es
tan grande, que se necesitarán años y paños para que se recupere. Dios quiera
que nos equivoquemos.
Lo peor del
asunto, es que su sucesor sigue en las mismas, o mejor dicho, en las “peores”.
Ahí tenemos el panorama de la “dimisión”, que veremos a ver en qué para.
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