martes, 9 de abril de 2024

“El furor y el delirio” ( y I I )


 

El título completo del libro es “El furor y el delirio. Itinerario de un hijo de la Revolución cubana”, de Jorge Masetti, Tusquets Editores, S.A., primera edición marzo de 1.999, 298 páginas, incluido Índice Onomástico.

Como decíamos en nuestro anterior artículo, vamos a transcribir lo que nos dice Jorge Masetti en las páginas 287 y 288 sobre otro líder de la revolución, el comandante Piñeiro. Dice así:

“El comandante Manuel Piñeiro Losada, Barba Roja, llamado también el Gallego, perteneció también al grupo de los comandantes históricos. Fue dirigente del Movimiento 26 de julio en su provincia (Matanzas), que, detectado por la policía, sube a la Sierra Maestra. Integró la columna Nº.1 dirigida por Fidel Castro, luego la de Raúl Castro, al fundar éste el II Frente Oriental Frank País; allí se le confía la dirección de Personal e Inspección territorial, la  del Servicio de Inteligencia y la Policía Rebelde. Bajó de la Sierra con el grado de comandante. Tras la toma del poder en 1.959, participó en la creación del Ministerio del Interior (Minint), donde se le designó responsable máximo del Viceministerio técnico y de la Dirección General de Liberación Nacional. Desde 1975 dirigió el Departamento de América del Comité Central del PCC.

En 1968, como responsable de la DGI (Dirección General de Investigación), jugó un papel de primer orden al hacer abortar  el complot anticastrista llamado de la Microfracción, en el que estaban involucrados militantes del antiguo Partido Comunista Cubano (PSP), auspiciado por la embajada soviética en La Habana. Según rumores, a raíz de este hecho Piñeiro fue destituido de la DGI por presiones del KGB”.

Nos dice Masetti que este hombre “falleció en un accidente de tránsito en la madrugada del 12 de marzo de 1998, tras asistir a una recepción en la embajada de México. Según la versión oficial, sufrió un infarto mientras conducía su propio coche (por lo general siempre iba acompañado de su chófer personal)”.

Y terminamos con unas sinceras y terribles palabras de Jorge Masetti que aparecen en la página 275:

“Hoy puedo afirmar que por suerte no obtuvimos la victoria, porque de haber sido así, teniendo en cuenta nuestra formación y el grado de dependencia con Cuba, hubiéramos ahogado el continente en una barbarie generalizada. Una de nuestras consignas era hacer de la cordillera de los Andes la Sierra Maestra de América Latina, donde, primero, hubiéramos fusilado a los militares, después s los opositores, y luego a los compañeros que se opusieran a nuestro autoritarismo; y soy consciente de que yo hubiera actuado de esa forma.

 Si no hubiera sucedido la catástrofe del proceso y su desenlace trágico, era tal mi confusión mental, que, a pesar de las dudas que me embargaban, es posible que hubiera permanecido en Cuba. Quizá hubiera llegado al suicidio, porque si en 1989 me costó admitir la verdad, reconocer, diez años más tarde, la gran barbarie que ha significado el comunismo cubano, me hubiera desmoronado. Por lo menos gané diez años que me permitieron reconstruir mi vida”.

 En fin, un magnífico libro que revela la cara oculta del comunismo cubano, tanto a nivel nacional como internacional, violando todas las leyes habidas y por haber para conseguir su expansión, no sólo por América, sino por África.



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