Y continuamos
ilustrando al ignorante y mentiroso que tenemos en la poltrona “Monklovita” por
aquello de que la República era un “vínculo
luminoso de nuestro pasado que hay que reivindicar”. Tal parece que este sujeto y sus socios
carecen de “memoria histórica” de su propia historia. Los hechos y acontecimientos
ahí siguen, pero estos “internacionalistas” los ocultan, los niegan, los tergiversan,
los encubren, los falsean, los adulteran, etc. Hablan mucho de libertad de expresión,
pero de esto caca de la vaca flaca. A este sujeto y a su cuadrilla hay que
decirles que un historiador no es un abogado de un proceso, de una causa, de un
sumario, etc., ya que entonces se convierte en “historietero”. El historiador
tiene que contar el pasado con el mayor rigor posible, y no pararse a pensar en
hacer preguntas y consideraciones que serán recibidas con agrado por los “internacionalistas”.
A ver si se enteran.
Y seguimos ilustrando. En el libro “Las checas del terror. La desmemoria histórica al descubierto”, autor César Alcalá, Editorial LIBROSLIBRES, 2.007, 286 páginas incluida Bibliografía, libro comentado en este blog con fechas 27 de febrero y 9 de marzo de 2017, en las páginas 33 y 34, dentro del apartado intitulado “Las hazañas frentepopulistas”, correspondiente al capítulo “Las milicias populares”, se lee:
“Entregadas las armas a los milicianos populares por el Gobierno de la
República se constituyó, desde un principio, un núcleo adicional de milicianos
pertenecientes a las organizaciones políticas y sindicales, que se dedicaron a
limpiar la retaguardia por el procedimiento del paseo, es decir, sacando a las
afueras de la población a los elementos hostiles y fusilándolos sin piedad. En
un principio es posible que no se observara trámite alguno previo. Muchas
personas fueron asesinadas en su domicilio o en la escalera de sus casas.
Enseguida se formaron numerosas checas, donde a las ejecuciones precedía un
simulacro de juicio. Cabe destacar, entre ellas, la de Bellas Artes - que
se trasladó después a un palacio de la calle de Fomento – y que tomó el nombre
de Comité de Investigación Pública. No se sabe en virtud de qué disposición
esta checa adquirió carácter oficial. La integraban representantes del Frente
Popular y uno de la Dirección General de Seguridad, y teóricamente estaba
facultada tan sólo para enviar a sus detenidos a la Dirección de Seguridad o
ponerles en libertad. La verdad era otra. Unos pocos volvían a sus casas, pero
la mayoría eran llevados por los milicianos desde la misma checa a las afueras
de Madrid, donde eran fusilados. La actuación constante de este comité no
impidió que las demás checas siguieran funcionando sin descanso”.
Los crímenes cometidos por los rojo-republicanos durante la II República
española, nunca fueron investigados, ni juzgados ni condenados. Ni la Comisión
de Derechos Humanos, a la que sólo se apela cuando interesa, ni el juez Garzón,
investigaron en su día dichos crímenes. Por tanto, que no hable de ecuanimidad,
que es la “conditio sine qua non” para que haya una verdadera Justicia, no la
justicia que tenemos ahora para este asunto y para otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario