La intervención soviética en la Guerra Civil española no ha sido debidamente dada a conocer, a pesar de la apertura parcial de los archivos de la KGB. Los “historieteros”, son “historieteros”, oiga.
Quizá
uno de los síntomas más claros de dicha intervención sean las “checas”,
terribles prisiones ubicadas en sótanos, casas viejas, conventos, etc, donde se
practicaban las más sádicas torturas y eran, además, auténticos sepulcros.
(Como ya sabrán, la palabra checa deriva del ruso Chrezvycháinaya
Komíssiya, que quiere decir “Comisión Extraordinaria”)
Estas “prisiones” fueron creadas por el Director General de Seguridad Manuel
Muñoz Martínez, con el falso objetivo y pretexto de integración de sindicatos y
partidos del Frente Popular para el mantenimiento del orden público.
Sin embargo, la realidad es que las “checas” eran unos terribles y
temibles centros en los que se detenían todo tipo de personas (las de la
“Quinta Columna”) para someterlas a un cruel interrogatorio, acompañado de
torturas practicadas en la URSS y que fueron “trasladadas” a España por agente
de la NKVD , luego KGB.
Las principales y más importantes de estas “instalaciones” estaban ubicadas en
Madrid, Barcelona y Valencia. Si bien es verdad que en las checas de estas dos
últimas ciudades, controladas por los anarquistas de la FAI, no se cometieron
muchas barbaridades, en las de Madrid, controladas por el partido comunista,
fue todo lo contrario.
Ante la falta de autoridad y de control por parte del gobierno, tanto en
materia policial y jurídica, las personas eran detenidas por cualquier motivo:
ser un “burgués”, ser cristiano, tener algún familiar preso, por falsas
acusaciones, etc, etc.
Milicanos de izquierdas, a las órdenes de los jefes “chequistas”, se
presentaban sin ningún aviso en domicilios particulares “sospechosos”,
deteniendo a las personas, además de robarles todo tipo de pertenencias y, en
el mejor de los casos , llevarlos a la checa, ya que en muchas ocasiones
eran vilmente asesinados.
En el terreno militar, y por poner un ejemplo, en octubre de 1936 atraca en el
puerto de Cartagena el buque soviético “Komsomol” con abundante material de
guerra: 50 tanques T-26B, amén de 31 aviones “Katiuska”.
Por otra parte están las “Brigadas Internacionales”, al mando del general
Emilio Kleber, cuyos datos personales fueron falsificados. Esto lo
veremos en la próxima entrega.
Este apoyo soviético a la República, le va a salir caro, ya que la presencia de
los comunistas en todos los ámbitos del poder se hace cada vez más grande y la
zona republicana se ve plagada de agentes de la NKVD.
¿Figurará esto en la “memoria democrática”
de “Su Sanchidad” y de Sor Yolanda?
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