Los “conocimientos” y “verdades” del marxismo-leninismo ( I I ).

 

Hay diferentes maneras de conocer la verdad. Cuando hay una manifestación aparecen carteles, rótulos, letreros, pancartas, etc, de personas anunciando su “verdad”, leyéndose en algunas verdaderas boutades. Esto le pasaba a Don Quijote cuando anunciaba su “verdad” al decir que eran gigantes en vez de molinos.

La “verdad” que plantean muchos, muchas y “muches”, nada tiene que ver con la realidad, ya que añaden cosas con el único fin de coger votos. Obviamente esta “verdad” oculta que es una mentira, ya que altera y deforma todo lo habido y por haber.

El monstruoso Lenin era el campeón de esto. Su famoso decálogo, del que ya hemos comentado algo en este blog, para hacerse con el poder lo demuestra. Dicho decálogo destacaremos lo que dice sobre la juventud y sobre la democracia:

“Corrompa a la juventud y dele libertad sexual”, y  “Hable siempre sobre Democracia y Estado de Derecho, pero, en cuanto se presente la oportunidad, asuma el Poder sin ningún escrúpulo”.

Dicho sujeto Lenin presumía de tener una gran visión sobre todo, ya fuese de carácter político, social, económico, religioso, etc, pero sin embargo no veía nada de lo que hay. Su exabrupto de “lo siento por la realidad” lo confirma.

Lo que sí hacía este sujeto, y hacen los politicastros actuales, es aprovecharse de la ignorancia del “pueblo soberano”. Cualquier noticia, por irrelevante que sea, les vale para lanzar a los cuatro vientos todo tipo de propaganda organizada por gárrulos, bocazas y charlatanes adictos al régimen.

Esta gente presume de ver bien, aunque vean poco. Su fanatismo, su idolatría, su ceguera, etc, se lo impide. Fuera de sus planteamientos falsos y decimonónicos, les hace creer que no hay más mundo que el suyo. La veracidad, la precisión, la exactitud, la brillantez, etc, brillan por su ausencia.

Pero claro, oiga, estos sujetos, sujetas y “sujetes” instruyen, educan, ilustran, convencen y satisfacen al “pueblo soberano”, al que nada le cuesta seguir y comprender los discursos y peroratas, ya que la senda es espléndida y luminosa.

 El verdadero conocimiento sobre todo el acontecer humano, crea las verdaderas personas sabias, cultas, competentes, sensatas, juiciosas, provechosas, etc, que son en las que hay que confiar para que nos gobiernen.

¿Y cuál será el mejor gobernante? Sobre esto veremos algo en la próxima entrega.