Ya
hemos dicho que la fragmentación del Estado, por mucho jefe que se diga que
hay, es uno de los grandes problemas que tenemos en España en estos momentos.
Dicha fragmentación ya empezó con el felipismo que, continuada por el nefasto gobierno “zapateril” y por le actual del sanchismo, ha llevado a la desarticulación, no solamente de España, sino del propio Estado, cuyas acciones se ven maniatadas por las contradicciones, discordias y enfrentamientos por mor de montones de leyes, normas, reglamentos, proyectos, organismos y todo lo que ustedes quieran añadir, de esos reinos taifas instaurados dentro de los muros de la Patria mía, y que hacen que el Estado deje mucho que desear, por mucho atornillado dormilón Borbón patrón del “Bribón” que teníamos en sus tiempos.
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