Así se intitula el libro de George Orwell, que era el
seudónimo de Eric Arthur Blair, publicado por primera vez en 1938, cumpliéndose
este año el 85 aniversario de su primera edición. La que tenemos nosotros es de
Editorial Seix Barral, S.A., 1985, 231 páginas.
Además de esta obra, Orwell escribió otras dos de no
menos importancia: “Rebelión en la
granja” (1945), y “1984”, (1949). Este libro lo tenemos comentado en este blog con fecha 4 de febrero de 2.029. En el primero se narra la traición de Stalin a la revolución rusa, y en el
segundo nos cuenta Orwell, de forma aterradora, la vida bajo la vigilancia
constante del Gran Hermano.
Tales
libros, molestaron y molestan a los sectarios y tenaces administradores que
componen la élite “intelectual” y mediática del “ministerio de la verdad”, que
ahora controla el pasado, y que confinan al silencio y al olvido a todo aquel
que no comulgue con el discurso dominante. Es decir: Orwell resulta incómodo.
Fundamentalmente
este libro trata de la responsabilidad del partico comunista español y de la
extinta Unión Soviética en la destrucción del POUM, así como también se cuentan
las mentiras y la discordia que sembraba dicho partido.
Orwell fue miliciano del POUM y participó en la Guerra
Civil española desde diciembre de 1936 hasta junio de 1937 y, como decíamos
antes, nos cuenta la represión, hasta su aniquilamiento, del POUM por parte de
la república dominada por la URSS de Stalin.
Orwell no quiso alistarse en la Brigadas
Internacionales por estar lideradas por el comunismo, por el que no sentía
ninguna admiración al comprobar la dominación que ejercía sobre el anarquismo,
al que él pertenecía y, temiendo ser asesinado, huye de España en el mes de
junio de 1937.
Nos narra la situación que había en Barcelona a su
llegada: las paredes de los edificios estaban pintadas con la hoz y el
martillo; las iglesias habían sido incendiadas y demolidas, etc, etc.
Cuando regresó a
Inglaterra en 1937, intentó publicar este libro, pero se encontró con una
auténtica muralla por parte de ciertos “intelectuales” que eran partidarios y
simpatizantes de la Unión Soviética.
Orwell se
autodefinía como socialista, aunque sentía una verdadera aversión hacia la
Unión Soviética por su autoritarismo y por querer controlar a la España
republicana.
En las próximas
entregas transcribiremos algunos párrafos del libro.
Continuará.
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