lunes, 28 de agosto de 2023

Religión cristiana, perseguida y odiada ( I )


 

Sin lugar a dudas, el siglo X X fue el más despiadado en la persecución de los cristianos que, dicho sea de paso, los medios de “confusión” no sacan en sus portadas. En Nigeria, Túnez, Sudán, Pakistán, etc, etc, se asesinaban, y se asesinan, y se persigue a los cristianos como si fuesen auténticas alimañas. Los motivos de tal persecución se producen por causas religiosas al enfrentarse dos cosmovisiones diametralmente opuestas: la islámica y la cristiana.

Pero hay otra persecución por motivos políticos que ha desangrado al mundo cristiano durante el siglo pasado: la que ha desatado el marxismo.

 En la obra Los nuevos perseguidos”, de Antonio Socci, Editorial Encuentro, Madrid 2003, en la página 11 se puede leer:

“La máxima responsabilidad de las persecuciones anticristianas debe atribuirse sobre todo al fenómeno totalitario. El materialismo biológico del nacionalsocialismo y el materialismo histórico del marxismo (llevado al paroxismo en su versión bolchevique-leninista), han representado históricamente los dos mayores ataques jamás realizados contra cualquier perspectiva fundada en la trascendencia, en especial contra la cristiana”. (Nota: se supone que lo de “persecuciones anticristianas” sea un error de traducción, pues se entiende que son persecuciones cristianas. Sería como decir “odio antiamericano”, según escriben algunos politiqueros).


En otro libro de la misma editorial intitulado “Si el mundo os odia . . .Mártires por la fe en le régimen soviético”, libro comentado en este blog con fecha 25 de setiembre de 2.022, la historiadora Irina Osipova, después de un exhaustivo trabajo de varios años en los archivos de la NKVD y después KGB, nos cuenta cómo se perseguía a los cristianos en la antigua Unión Soviética, demostrando que el marxismo no es ateo, sino antiteo. Lenin, en un discurso a las Juventudes Comunistas en 1919, decía:

“No creemos en la moralidad eterna, y denunciamos lo ilusorio de los cuentos de hadas sobre la moralidad”.

También Lenin escribía a Gorki lo siguiente:

“Toda idea religiosa, toda idea de Dios es una abyección indescriptible de la especie más peligrosa, una epidemia de la especie más abominable. Hay millones de pecados, hechos asquerosos, actos de violencia y contagios físicos que son menos peligrosos que la sutil y espiritual idea de dios engalanada con los ropajes ideológicos más elegantes”.


También decía en marzo de 1922:

”Debemos declarar ahora al clero una guerra decisiva y despiadada y someter su resistencia con una brutalidad que no olviden durante décadas. Cuantos más representantes de la burguesía y el clero reaccionarios consigamos ejecutar en este asunto, mejor”.


Así se comprende lo de “¡Cloro al clero!”! que decía un fámulo del comunismo.

Otro de los tenores marxistas, Antonio Gramsci, no podía opinar de distinta manera. Según el ex militante comunista y sociólogo Antonio Leal, en su obra “El crepúsculo de la política”, edición de 1995, editorial LOM de Chile, en la página 260 nos dice del italiano:

“Para Gramsci, de todas maneras el marxismo es una doctrina de salvación que pone fin al reino de la ilusión, la religión, y al del engaño, el capitalismo”.

Este odio, hostigamiento, fustigación y acoso a la religión, fue trascendiendo a todo el mundo durante el siglo XX. En España, y durante la II República, la persecución fue brutal. No vamos a dar aquí cifras de clérigos asesinados. Están sobradamente documentadas: no hay más que ver las esquelas en los periódicos de entonces y leer algunos libros de Historia. Sí vamos a comentar palabras y frases de líderes socialistas y comunistas, así como de republicanos de pro. Esto lo haremos en próximas entregas.

Continuará.



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