Como ya saben, actualmente hay muchas cosas y muchas
noticias de otros tiempos, y de los de ahora que, por razones políticas, por
“amnesia histórica”, por ignorancia o por malas intenciones, no se recuerdan.
Nosotros vamos a recordarlas, sean del tipo que sean.
Tal día como hoy 9 de agosto, pero de los
años que veremos, ocurrió lo siguiente:
En 1880 nacía en Oviedo el escritor, diplomático,
político y poeta Ramón Pérez de Ayala, falleciendo en Madrid el 5 de agosto de
1962. Fue uno de los verdaderos republicanos.
En 1931, junto a Gregorio Marañón y Ortega
y Gasset, firmó lo que se denominó el manifiesto “Al servicio de la República”,
siendo considerados estos res personajes como “Padres espirituales de la
República”.
En 1932 fue nombrado embajador en Londres.
Insatisfecho y disgustado con el camino revolucionario que impuso el Frente
Popular al comienzo de la Guerra Civil, terminó por exiliarse en Francia,
echando gran culpa a Manuel Azaña de la guerra. En la página 83 del libro “La
España totalitaria”, autor Jesús Palacios, Editorial Planeta, 1999, 608 páginas,
se lee:
“Cuanto se diga de los
desalmados mentecatos que engendraron y luego nutrieron a los pechos nuestra
gran tragedia, todo me parecerá poco… Lo que nunca pude concebir es que
hubiesen sido capaces de tanto crimen, cobardía y bajeza. Hago una excepción.
Me figuré un tiempo que Azaña era de diferente textura y tejido más noble… En octubre
del 34 tuve la primera premonición de lo que verdaderamente era Azaña. Leyendo
luego sus memorias del barco de guerra —tan ruines y afeminadas— me confirmé.
Cuando le vi y hablé siendo ya presidente de la República, me entró un
escalofrío de terror al observar su espantosa degeneración mental, en el breve
espacio de dos años, y adiviné que todo estaba perdido para España”.
En 2000 la misma banda
asesina en Berriozar (Navarra) a Francisco Casanova Vicente, miembro del
Ejército de Infantería.
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