Vamos a
comentar algo sobre el libro “Che
Guevara”, autor Fernando Díaz Villanueva, Ediciones Dastin Export, 2.004,
287 páginas, incluidas “Bibliografía resumida”, “Títulos de la colección” y “Títulos
de próxima aparición”.
Uno de los criminales que con más fortuna ha pasado a la Historia es Ernesto “Che” Guevara, gracias a la propaganda y ceguera marxistas, que ha hecho que su figura se haya convertido en icono de jovencitos, y no tan jovencitos, totalmente desinformados.
Se han contado
muchas mentiras sobre este personaje, una de ellas que era médico. No era ni
médico, ni había realizado nunca trabajo alguno, así como tampoco había hecho
el servicio militar (obligatorio en Cuba), aunque, eso sí, era persona de
gatillo fácil responsable de miles y miles de asesinatos. Era un holgazán y le
gustaba más vagabundear que estudiar. Como trabajador, sólo realizó una tarea
de un día descargando mercancías en un puerto de Honduras.
Tenía tres
ideas que le obsesionaban: ceguera fanática por el comunismo, convicción total
y absoluta de que los problemas de Hispanoamérica eran por culpa de EE.UU. y
que la violencia era el único camino para resolver los problemas de los
pueblos. Pura ortodoxia marxista-leninista.
Una vez
desembarcado en Cuba, y escondido en Sierra Maestra, empezó a demostrar que era
un hombre de gatillo fácil, ya que asesinó a varios guerrilleros y
colaboradores. Una vez derrocado el régimen de Batista, fue destinado a la
fortaleza de La Cabaña, en donde se celebraban juicios sumarísimos y
fusilamientos masivos.
Una vez
instaurado el régimen criminal de Fidel Castro, el “Che” fue elevado a la
categoría de Ministro de Industrias, sentenciando aquello de que “los trabajadores cubanos de ninguna manera
pueden ir a la huelga”.
Por otra
parte, a este tipo le molestaban mucho los homosexuales (él les llamaba “putos”). ¡Quien le iba a decir a este
“Che” que muchos años después de su muerte, el defenestrado político español, comunista
él, Gaspar Llamazares, para el que Cuba es el “modelo referencial”, junto con otros “líderes” de su misma cuerda,
iban a desfilar en cabeza de una manifestación del “orgullo gay”, es decir, de
“putos”!
Ahora vamos a
recoger algunas frasecitas de este individuo. En la página 131, Capítulo IV,
intitulado REVOLUCION, se lee: “No tengo
casa, ni mujer, ni hijos, ni padres, ni hermanos; mis amigos son amigos
mientras piensen políticamente como yo”. Frase verdaderamente monstruosa.
En el mismo
capítulo, página 133: “No hace falta
muchas averiguaciones para fusilar a uno. Lo que hay que saber es si es
necesario fusilarlo. Nada más.”. Más abajo continúa: “Debe dársele al reo la posibilidad de hacer sus descargos antes de
fusilarlo. Y esto quiere decir, entiéndeme bien, que siempre debe fusilarse al
reo, sin importar cuáles hayan sido sus descargos. No hay que equivocarse en
esto. Nuestra misión o consiste en dar garantías procesales a nadie, sino en
hacer la revolución, y debemos empezar por las garantías procesales mismas”.
Como pueden ver, palabras de un auténtico matarife.
En fin, y como
siempre decimos, libro recomendable para los “historieteros” de lo
políticamente correcto que, con su demagogia y falsedades, están violando el
alma de los jóvenes, como si fuesen auténticos pederastas.
Hay una
relación de 164 personas con sus nombres y apellidos, asesinadas por orden de
este sujeto. Unas fueron víctimas en Sierra Maestra entre los años 1957 y 1958,
y otras en 1959, cuando era el jefe en Santa Clara. No la transcribimos por no
hacer la entrega un poco larga.
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