Belarmino Tomás.
Repasando nuestra hemeroteca, cosa que hacemos de vez en cuando, nos
encontramos con unos comentarios publicados por el diario local “La Nueva
España” el día 20 de diciembre de 2.010, con motivo del fallecimiento de D.
Rafael Fernández, primer presidente autonómico de Asturias, comentarios sobre
Belarmino Tomás, suegro de D. Rafael.
Decía
el periódico que Belarmino “se acordaba del calor de los
acontecimientos, de principio del 34, de la decisión de ir a la revolución, de
la entrevista con Largo Caballero, de las huelgas generales en Langreo, de las
manifestaciones disueltas a tiros por la Guardia Civil y de aquella noche
tendido en la playa de Aguilar esperando al Turquesa. Del asalto al cuartel de
Sama, de la voz del cabo en el teléfono, de las camionetas de mineros que
salían rumbo a Oviedo y no volvían . . .”.
¿Cómo es que no se acuerda, de que en ese asalto al cuartel de Sama, milicianos
socialistas a las órdenes de Belarmino Tomás, mataron a 80 guardias civiles y
de asalto que lo defendían, incluido su capitán José Alonso Nart?
¿Tampoco se acuerda cuando en La Rebollada, aquí en Asturias, asesinaron a
culatazos al cura del pueblo? ¿Y del asesinato del cura de Valdecuna, en
Mieres? ¿Tampoco se acuerda de que en San Estaban de las Cruces (Oviedo),
milicianos asesinan a cuatro guardias de asalto? ¿Y del incendio del convento
de las benedictinas del monasterio de San Pelayo, también en Oviedo?
¿Tampoco se acuerda de los asesinatos de Alberto de la Inmaculada, Amadeo Andrés
y de Baudilio Alonso Tejero, novicios pasionistas del convento de Mieres, así
como el asesinato del párroco Manuel Muñiz Lobato? ¿Y del asesinato en Moreda
del párroco Tomás Suero Covielles?
¿Y del asalto a la fábrica de armas de Trubia, matando al comandante Hernández
Pomares?
Y de los milicianos socialistas mandados por Pichilatu que
mataron a mujeres y niños que huían de sus casas cuando el incendio del Palacio
Episcopal, ¿tampoco se acuerda?
¿Y del asalto al Banco de España en Oviedo por milicianos a las órdenes de
González Peña llevándose 14 millones de pesetas del año 1934? ¿Tampoco se
acuerda del asesinato del párroco de Olloniego, Joaquín del Valle, así como
también el del fiscal de la Audiencia Emilio Valenciano?
¿Y del asesinato, en Langreo, a manos de milicianos comunistas, del
anarcosindicalista José María Martínez? ¿Y del asalto a la Cámara Santa? ¿Y del
asesinato del carmelita Eufrasio del Niño Jesús, superior de este convento en
Oviedo? ¿Y del incendio del colegio de las Recoletas, también en Oviedo? ¿Y de
“dinamitazación” de la Universidad de Oviedo? ¿Y de la voladura de un camión
matando a un sargento y a 36 soldados del Regimiento de Infantería número 14?
¿Tampoco se acuerda de que milicianos socialistas, el día 7 de octubre aquí en Oviedo,
incendian el convento de Santo Domingo, donde fusilan a numerosos monjes y
seminaristas, incendiando, asimismo, el Palacio Arzobispal y
fusilando a los seminaristas César Gonzalo Zurro, Ángel Cuartas Cristobal,
Mariano Suárez Fernández, José María Fernández Martínez, Juan José
Castaño Fernández, Jesús Prieto y José Méndez?
Y dejamos para lo último el vil asesinato, en Turón, de los ocho hermanos de La
Salle José Sanz Tejero, Filomeno López López, Claudio Bernabé Cano, Vilfrido
Fernández Zapico, Vicente Alonso Andrés, Román Martínez Fernández, Héctor
Valdivieso Sáez, Manuel Seco Gutiérrez, así como el hermano pasionista Manuel
Canoura Arnau ¿Tampoco se acuerda de esto? ¿Tampoco se acuerda, asimismo,
cuando los milicianos desfilaban gritando “¡Un, dos, tres, no queremos
curas en San Andrés!”, o también “¡Un, dos, tres, cuatro, cinco, no
queremos ni curas ni catecismo!”.
No seguimos porque sería
muy largo. Estas omisiones, así como las falsedades y mentiras que se están
contando sobre nuestra historia reciente, llevan y conducen, como ya dijimos en
el artículo intitulado “Históricamente incorrecto” a que esta
manipulación del pasado sirva, como decía Cristina Losada, para que “la
próxima vez que se pregunte a unos estudiantes sobre la guerra civil, respondan
que se libró entre los defensores de la democracia y las hordas fascistas de
Aznar".
¿Figurará
esto en la “memoria democrática” de “Su Sanchidad y de Sor Yolanda”
Continuará.
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