Como decíamos en la anterior entrega, en ésta y siguientes, veremos las consecuencias que tuvo para España el V I I Congreso de la Internacional Comunista.
La situación política de aquella España de los años 30, era desastrosa. Por una parte, la división de la izquierda era notoria, pero no pública. También se veía división en las dos centrales sindicales izquierdistas, ya que seguían distintos métodos de lucha.
Por otra parte, había millones de trabajadores, especialmente del campo, que no estaban organizados, lo que aprovechó el partido comunista para comenzar a ejercer su influencia por todo el país con su política de Frente Popular. El asunto no fue nada fácil ya que, como no podía ser de otra manera, rápidamente afloraron las ambiciones, las rivalidades, las rencillas personales, etc, etc. Los jefes republicanos, así como los dirigentes anarquistas, socialistas y comunistas, dieron muestra de esto.
En una reunión del Comité Central del partido comunista, celebrada en Madrid en 1933, se vio perfectamente la orientación política de este partido, ya que aparecieron una serie de artículos de uno de los agentes de la Internacional Comunista, que firmaba con el pseudónimo de Chavaroche, cuyo verdadero nombre era Stoyan Mineevich Ivanov, que también usaba los pseudónimos de Stepanov y Moreno.
Por otra parte, en un mitin celebrado en Madrid el 2 de junio de 1935, antes de la celebración del V I I Congreso de la Internacional Comunista, José Díaz dice:
“Nosotros luchamos y lucharemos siempre por nuestro programa máximo, por el establecimiento de la dictadura del proletariado” . (Dolores Ibarruri “El único camino”, Ed. Sociales, Paris 1962, páginas 202 y siguientes).
Las divergencias entre comunistas y socialistas, hizo que José Díaz se dirigiese a los socialistas con las siguientes palabras, que aparecen en el citado libro de Dolores Ibarruri:
“Queremos marchar unidos con vosotros en los combates futuros. Queremos marchar unidos con vosotros hasta que lleguemos a fundirnos en un solo partido . . .Lucharemos incansablemente, todos unidos, por la paz, por la tierra, por la libertad”.
Como seguían las divergencias y la tal unión entre socialistas y comunistas no se llevaba a efecto, en octubre de 1935 el partido comunista envió una carta al periódico “Claridad”, que era el representante del izquierdismo radical socialista, es decir, la facción de Largo Caballero, carta contenía las siguientes proposiciones:
Realizar la unidad sindical mediante el ingreso de la Confederación General del Trabajo (de influencia comunista) en la U.G.T., así como desarrollar las alianzas, e ir hacia la unidad de los dos partidos (socialista y comunista), tomando como base las resoluciones del V I I congreso de la Internacional Comunista (Todo esto se puede leer en el mentado libro de Dolores Ibarruri).
Continuará.
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