miércoles, 4 de octubre de 2023

El felón


Hay que recuperar la “memoria democrática”, oiga. Vamos a ello.

El siguiente romance fue repartido en España en los primeros años de aquello que se llamó Transición. Figura en la página 233 del libro “¡Hasta nunca Juan Carlos! Perjurio, homicidio, felonía y corrupción”, autor Manuel Galiana Ros, Ediciones Esparta 2013, 237 páginas, libro que comentaremos próximamente. También comentaremos próximamente “Bastardos y Borbones. Los hijos secretos de la dinastía”, autor José María Zavala, Editorial Debolsillo, 2012, 527 páginas incluido Índice

 

“Romance del rey felón

 

¡Ay qué pena! ¡Ay qué felón!

Te regalaron un trono

y no has sabido guardarlo....

para limpias manos era

y tu... ensuciaste tus manos

puestas en el Evangelio.

¡Cristo te estaba mirando!

Tu, sin vacilar, juraste

y estabas jurando en vano

"Que me lo demande un día

si a este juramento falto"...

Te lo demandará muy pronto

si con Dios estás jugando

y esa Corona de España

verás enlodada en barro,

que con el cetro y la cruz

no hay quien juegue rey villano.

Que no eres rey cristiano

si faltas a tu palabra

en un juramento santo.

No fue "palabra de rey"

como cumple a un soberano

ni siquiera la guardaste

con nobleza de soldado.

Ni tampoco en tu moneda

pusiste la orla de antaño

"REY POR LA GRACIA DE DIOS"

¡y por eso faltándote está!

y al que le falta su Gracia

lo suele pagar muy caro...

La indignidad no se cubre

ni aunque sea real el manto

que más la nobleza obliga

al que se encuentra más alto.

¡Ay qué felón! ¡Ay qué pena!

qué sucias están tus manos

cómo pudiste estrecharlas

con el vil criminal gusano

que luchó contra tu Patria

que asesinó a tus hermanos

que tuvo que abrir el puño

¡tantas veces levantado!

para juntar esos dedos

a sus caídos recuerdo

y toda su lealtad a la ley

No laves aquí esa sangre

que dejaron en tus manos

no hay bastante agua en España

ni en el Ebro, ni en el Tajo

ni todos sus ríos juntos

para limpiar ese fango.

La monarquía que ostentas

es un tesoro robado

ese trono te lo dio un pueblo

a cambio de lo pactado,

un pacto entre caballeros

no entre un pueblo y un villano.

Y vas engañando al pueblo

vas apropiándote aplausos.

El trono que has usurpado

y la corona sin cruz,

y el cetro torcido y blando,

y las águilas imperiales,

hoy las cubren hoz y martillo

en un contubernio trágico.

¡Ya no es UNA, GRANDE y LIBRE

la España de aquestos años!

No es UNA, que la desgarran

a mordiscos y apedazas,

no es GRANDE, que nos las achican

a vergüenzas y sarcasmos,

no es LIBRE, que los esbirros

nos convierten, sonrientes

en triste pueblo de esclavos.

¿Qué queda de aquella España

por la que tantos murieron?

 

¡Qué caiga sobre tu afrenta

la sangre que derramaron

que la maldición de España

acompañe tu reinado,

la entregaste al enemigo

atada de pies y manos,

serás baldón en la historia,

quejamos un rey cristiano

abandonó así a un pueblo

como un cobarde bastardo.

Tú firmaste real decreto

que el Día de la Victoria

con bajuno y cruel sarcasmo

entregabas al sin Dios,

la España que "El Otro " te dio,

y en una triste semana

llevaste a España al Calvario

y allí la crucificaste

en un Viernes Santo de oprobio.

Levanta ya de ese trono

que a traición has usurpado

que la corona de España

nunca será de un felón

que diviértese en bribón

surcando los mares de España.

Como gozan los idiotas

como ríen los malvados

y como tiemblan y sufren

de pena, de horror y asco

todos los buenos de España.

¿Quién podía concebir

que aquel niño ¿un español

Que par a rey fue educado,

se convirtiera en traidor,

en perjuro y en villano?

¡Ay qué pena! ¡Ay qué felón!

No te has de librar, no,

del temido paredón

 del que se libró el ladrón

de tu abuelo el rey felón.

Y a fuer de ser sinceros

habremos en reconocer,

que lo de felón y ladrón

os viene de tradición

¡Ayudadnos desde el cielo,

que España arriba esté!

que no la pongan debajo,

por culpa de la traición

de un rey ladino y felón

acostumbrado al licor,

a las faldas y al rencor.

¡Líbrenos Dios! de este rey

de estirpe donde la infamia

ha cubierto de ignominia

todo el solar español”.

 Además de esto, añadiremos un párrafo del patrón del Bribón, cuando fue proclamado rey el 22 de noviembre de 1.975:

 “Una figura excepcional entra en la Historia. El nombre de Francisco Franco será ya un jalón del acontecer español y un hito al que será imposible dejar de referirse para entender la clave de nuestra vida política contemporánea. Con respeto y gratitud quiero recordar la figura de quien durante tantos años asumió la pesada responsabilidad de conducir la gobernación del Estado. Su recuerdo constituirá para mí una exigencia de comportamiento y de lealtad para con las funciones que asumo al servicio de la Patria. Es de pueblos grandes y nobles el saber recordar a quienes dedicaron su vida al servicio de un ideal. España nunca podrá olvidar a quien, como soldado y estadista, ha consagrado toda la existencia a su servicio”.

 De la España que recibió este sujeto, hoy prácticamente no queda nada, a pesar de su juramento.



 

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