Como decíamos hace unos días, vamos a comentar algo sobre nuestro idioma, cosa que ya hemos hecho varias veces.
Como ya saben, en España se habla
el castellano, o español, que es el tercer idioma más hablado en el mundo, después
del chino mandarín y del inglés, estando por delante del árabe, del ruso, del
francés y del japonés. No obstante, aquí hay otras lenguas como el gallego, el
catalán y el vasco, siendo éste el único que no proviene del latín.
Nuestro idioma ha sido utilizado, y
es utilizado por los literatos españoles, e incluso americanos, siendo latinas
las primeras palabras de nuestro idioma, aunque con alguna modificación.
Hasta el siglo X I I I su uso sólo
fue oral, siendo Alfonso X el Sabio (1221-1284) el gran difusor por escrito del
español a través de su enorme y gran obra cultural.
Durante los dos siglos siguientes,
y gracias a los escritores Arcipreste de Hita y Pedro López de Ayala, el idioma
se fue perfeccionando.
Posteriormente, y ya en el siglo X
V, escritores y literatos tales como Juan de Mena, Gómez Manrique, el marqués
de Santillana y Antonio de Nebrija, autor de la primera gramática española,
perfeccionaron aún más el idioma.
Posteriormente, y ya en el siglo X
V I, el lenguaje es prácticamente igual al de hoy, aunque con algunas
variaciones en lo que se refiere a la sintaxis, fonética y sobre todo al
léxico, con palabras extrañas admitidas por los pedantes “inmortales” de la
RAE, como estamos viendo en nuestros artículos insertados en este blog con el
título “A los inmortales de la RAE”.
Con motivo de las conquistas
españolas por el mundo, el idioma se expandió notablemente, alcanzando una
belleza inimitable. Ahí están las obras de los genios Miguel de Cervantes,
Francisco de Quevedo, Tirso de Molina, Calderón de la Barca y un largo etc, que
hicieron que en el siglo siguiente el idioma alcanzase plena madurez.
Durante este tiempo, la literatura
se ve en todos los campos, especialmente en el teatro, la novela y la poesía,
aunque también muchos literatos se dejaron influenciar por los franceses, sobre
todo en el teatro. Contra esta influencia francesa lucharon, entre otros, Tomás
de Iriarte y Ramón de la Cruz.
Posteriormente, y ya en la primera
mitad del siglo X I X, el romanticismo campó por sus respetos, con obras llenas
de sentimientos y de imaginación, siendo los más destacados José Zorrila, el
duque de Rivas, Mariano José de Larra y José de Espronceda.
Y para terminar diremos que, a
pesar de la grandeza de nuestro idioma, y de los millones de personas que lo
hablan, hoy día, dentro de esta impresentable y destartalada España, es
perseguido y prohibido en algunas regiones que se están inventando una historia
plagada de mentiras y falsedades.
Pinchen en el siguiente enlace de
YouTube y verán a Estrellita La Moderna cantando “Olé nuestra eñe”.
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