En estos tiempos “modelnos” en los que estamos
inmersos, el panorama que se avecina es sencillamente desolador por mor de unos
politicastros de escasa o nula capacidad, que pretenden organizarnos, amén de
meterse en nuestras vidas, para controlar todo lo habido y por haber.
Hay muchos, muchas y “muches” que carecen de interés
por los asuntos políticos, por mor de las mamandurrias, sinecuras y momios que
reciben de las arcas públicas. También hay muchos, muchas y “muches” totalmente
fanatizados e ideologizados, que están dispuestos a agachar la cabeza a
cualquier disparate que hagan o digan los suyos. De los otros, caca de la vaca
flaca.
No obstante, y a pesar de esto, aún quedamos muchos
millones de españoles que no estamos de acuerdo con lo que dicen y hacen los
tíos, tías y “tíes” que están en el gobierno, perdón, en el desgobierno, en el
que hay advenedizos egoístas ordenando lo que hay que hacer, importándoles un
bledo, dos cominos y tres dídimos la desastrosa situación que estamos
atravesando.
Por otra parte, hay ciertos “mass-media”, “apesebrados”
ellos, que defienden a los que les ayudan, protegiendo y amparando sus
intereses, que nada tienen que ver con la normal convivencia, con el respeto,
con la libertad, y sí mucho que ver con la bota, el bozal, el grillete y el
oír, ver y callar.
Cuando estos, estas y “estes” les interesa, recuperan
la “memoria democrática” recordando lo que les importa y omitiendo la verdad,
como ciertas frases de asesinos, golpistas, jefezuelos, etc, de aquella nefasta
Segunda República ¿Se acuerdan estos memoristas democráticos de la frase
pronuncia en 1934 por Largo Caballero, el Lenin español? Seguro que se
acuerdan, pero la callan como zorras: “No
creemos en la democracia como valor absoluto. Tampoco creemos en la libertad”. Como ya saben, este sujeto sigue siendo idolatrado
todavía en estos tiempos.
Tal como están las cosas parece que los
politicastros “politicastras” y “politicastres” de ahora sí están de acuerdo
con lo dicho en su día por el Lenin español. El panorama que se avecina es
sencillamente desolador.
Desde este modesto blog vamos a comentar
un par de cosas a “Su Sanchidad” y a Sor Yolanda, con el objeto de arreglar y
mejorar el panorama que se avecina, aunque a lo mejor estes par de cosas ya se
las saben después de la visita al Papa, oiga. Ahí van:
La familia es el santuario que educa y
enseña a amar, santuario al que persiguen e intentan destruir con la
pedantería, rencor y soberbia de siempre, aunque como dijo el sabio Salomón “La
soberbia es el heraldo de la ruina”.
Con lo que cuentan estos dos tiparracos,
es que muchas veces el “pueblo soberano” cambia cuando los que están en el
poder convidan, ignorando que la verdad libera y la mentira maniata y encadena.
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