sábado, 28 de octubre de 2023

Los cobardes y “cobardas” de la ceja


 

Ya saben que nos gusta recuperar la memoria “democrática” de Su Sanchidad. Vamos a ello.

¿Se acuerdan cuando el jefe de la delegación de Irán, Morteza Saffari Natanzi, al saludar a la reina Sofía y a su nuera Leticia Ortíz, se negó a darles la mano. A simple vista, parece que la cosa no tiene importancia, pero sí la tiene.

 Para este sujeto, lo mismo que para el Islam de su tierra iraní, un hombre no debe, ni puede, ni debe tocar a ninguna mujer distinta de su entorno familiar o íntimo. La razón se oculta cobardemente: puede que al tocar a esa mujer en ese momento esté bajo el período menstrual, lo que las convierte en “impuras”. No admiten que esta circunstancia de las mujeres sea algo tan normal, fisiológica y biológicamente hablando, como el que estos jefes, ayatolash, emires y demás, les salga la barba y no quieran afeitarla.

 Lo que aquí subyace es la auténtica misoginia y desprecio que el Islam siente hacia la mujer ¿Es esta la alianza de civilizaciones que proponía el inepto de la Moncloa en su tiempo? ¿Vamos a retroceder a tiempos medievales? ¿Se puede permitir esta vejación tan monstruosa de la mujer?

 Dicho esto, surge inmediatamente la pregunta: ¿dónde están esos sujetos, “sujetas” y “sujetes”, miembros, “miembras” y “miembres”, etc, defensores de la igualdad? ¿Cómo no salieron a la palestra a denunciar esto? No salieron por una razón muy sencilla: porque son unos cobardes y unas “cobardas”. Con llamar hijo de puta al portavoz de la Conferencia Episcopal, como hizo el chaquetero “artiscejo” Víctor Manuel en su día, ya se envalentonan. A ver si se atreven a emplear tal calificativo contra el delegado iraní.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog