Como decíamos en anteriores entregas, vamos a seguir viendo las consecuencias que tuvo para España el V I I Congreso de la Internacional Comunista.
Un verdadero republicano, Manuel García Morente, en su obra “Orígenes del nacionalismo español”, Talleres Gráficos de la S. A. Jacobo Pauser, editado en Buenos Aires con motivo de una conferencia que dio en el Teatro Solís de Montevideo en 1938, nos habla en la página 35 sobre “El experimentum crucis”, experimento crucial. Dice así:
“Y es que, mientras tanto, la invasión comunista en España había asentado
definitivamente sus planes y comenzaba su táctica perfecta. Hasta 1931, las
circunstancias españolas habían sido exclusivamente españolas. España,
torturada por incoercible necesidad de afirmar y encumbrar su nacionalidad,
buscaba su ‘forma’ a través de los regímenes diversos. España se hacía o se
rehacía a sí misma y por sí sola. Pero en 1931, las necesidades políticas de un
Estado extranjero y las obligaciones ideológicas de una teoría social
exótica, determinaron que España fuese invadida, sin previa declaración de
guerra, por un ejército invisible, pero bien organizado, bien mandado y
provisto abundantemente de las más crueles armas. La Internacional comunista de
Moscú resolvió ocupar España, apoderarse de España, destruir la nacionalidad
española, borrar del mundo la Hispanidad y convertir el viejísimo solar de
tanta gloria y tan fecunda vida en una provincia de la Unión soviética”.
En el párrafo siguiente, nos dice García Morente:
“A partir de 1931 el Comintern despliega toda su actividad para lograr la
deshispanización de España y su conversión en provincia comunista; es decir,
para destruir la realidad nacional en nombre de una teoría social y política”.
En la próxima entrega, seguiremos con este libro de García Morente, viendo la
ejecución del plan que el comunismo tenía preparado para España.
¿Figurará algo de esto en la “memoria democrática” de “Su Sanchidad” y de Sor Yolanda?
Continuará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario