miércoles, 4 de octubre de 2023

Colapso de la URSS. Cambio de vida para millones de personas ( V )


 



Como decíamos en las anteriores entregas, en ésta y siguientes veremos algo sobre la producción, vocablo este que usan con mucha demagogia y logomaquia los comunistas, producción que terminó arruinando el sistema dejando cuando desapareció 145 millones de pobres.

Uno de los muchos problemas del sistema comunista fue el enfrentamiento entre los trabajadores industriales y los campesinos, ya que éstos formaban las cuatro quintas partes de la población. El fracaso del sistema con estos campesinos fue enorme, ya que el monopolio del trigo por parte del Estado, fue cayendo y debilitándose, hasta que se autorizó a dichos campesinos a vender sus propios cereales.

Como no podía ser de otra manera, dichas ventas contaban con una descomunal intervención fiscal, además de un parasitismo “nomenklaturizado”.  Todo esto, y algunas cosas más, hacían que los productos, tanto industriales, como campesinos, fueran de baja calidad. Se estaba pidiendo sórdidamente la libertad de comercio.

Como no podía ser de otra manera también, la propaganda oficial del sistema hablaba de una “excelente explotación agraria”. Rusia entera estuvo inundada de propaganda folletinesca cantando los milagros  y las excelencias tanto de la industria como del campo.

Lo que no decía dicha propaganda era que la labranza colectiva estaba totalmente militarizada. Los campesinos eran auténticos esclavos, oponiendo resistencia a esta situación, lo que provocó, además de la cruel represión del sistema, el aumento del racionamiento de alimentos.

Lenin, tres años antes de morir, es decir, en 1921, declaraba en su folleto “Impuesto natural”:

“Si la revolución en Alemania se retrasa todavía, nuestra obligación está en aprender el capitalismo de Estado con los alemanes, imitarlos con todas nuestras fuerzas, sin miedo a recurrir a las medidas dictatoriales para acelerar en la Rusia bárbara esta imitación del espíritu occidental, sin retroceder ante los medios violentos de su lucha contra la barbarie”. ( I )

Por otra parte, en su último discurso pronunciado en 1923 ante el IV Congreso de la Internacional Comunista, decía Lenin:

“Sabemos que, sin la salvación de la gran industria, sin su restablecimiento, no podremos edificar ninguna otra nueva, y desapareceremos de una manera general como país independiente.

“. . . Sabemos que una buena cosecha no representa todavía el todo para la salvación de Rusia. Es muy poco aún. Una buena situación de la pequeña industria que proporcione los artículos de consumo a los campesinos, es también poco. Lo que precisamos, es una buena situación para la gran industria. Esta necesita de los subsidios gubernamentales.  Si no estamos de acuerdo en la concesión de estos subsidios, iremos desapareciendo como estado civilizado – no digo lo mismo como estado socialista”. ( I )

Como puede verse palabras llenas de demagogia y logomaquia ¿Cómo iba a funcionar todo aquello, si el estado era dueño y señor de todo, que imponía el trabajo servil bajo una vigilancia militar rigurosísima, con encarcelamientos, represiones , deportaciones, etc.?

En la próxima entrega veremos el agravamiento de la situación por actos de sabotaje, incapacidad de los trabajadores, indisciplina, escaso o nulo interés de los obreros por el trabajo, etc.

Continuará.

( I ) .- “El imperio soviético”,  autor Dionisio R. Napal, Editorial Stella Maris, Buenos Aires setiembre de 1932, páginas 182 y 183.




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