Así
se intitula el libro de Ilia Zemtsov, Editorial Plaza & Janes, S. A.,
1.977, 216 páginas. El autor, sociólogo, fue profesor en el “Instituto Lenin”
de Bakú, capital de Azerbayán, que había sido invadida en 1.920 por el ejército
rojo de la URSS ,
y ejerció las funciones de jefe del Departamento de Información en el Comité
Central del partido comunista. Por tanto, conocía muy bien el sistema.
Entre
otras cosas, nos cuenta que el cargo de presidente de un koljós se puede
comprar por 50.000 rublos de aquel entonces (página 88). También se podían
comprar exámenes en la
Universidad por 100 rublos, pidiéndose pagar también en
especie, o también comprar un título académico por otros 50.000 rublos (página
89).
En
las páginas 57 y 58, nos habla el autor de cómo estaban las cosas en 1.970 en
Azerbayan:
“En el Azerbaiján hay más casas sin
agua, ni electricidad, ni retrete que en toda la Europa occidental. Hay en la República una verdadera
colonia de cuchitriles. Sólo en Bakú el 32 % de la población vive en albergues
comunitarios, donde cada inquilino dispone de menos de diez metros cuadrados. Y
en todas partes reina el odio. Los azerbaijanos odian a los armenios, los
armenios a los rusos, y éstos a los judíos; los habitantes del campo detestan a
los de las ciudades, los obreros a los intelectuales y los estudiantes a los
profesores”.
En
la página 168 nos dice el autorque desde la época de Lenin, el Gobierno y el
pueblo en Rusia no existían más que como complementos del Partido y para el
Partido, Partido que sustituía al Estado en todos los terrenos:
“El régimen tirano del partido no podía
apoyarse en ninguna ley. Por eso, toda la tecnología del poder estaba
impregnada de despotismo y toda su historia no era más que una larga serie de
delitos impuestos a la política o, si lo preferís, una política que se
confundía con una larga serie de delitos”.
En
la página 145 nos dice el autor, entre otras cosas que “en 1.970 chicos y chicas menores de quince años saquearon novecientas
veintidós tiendas. (Según las informaciones y datos presentados por el ministro
de la MVD (I) de Azerbaiján a la Sección de los órganos
administrativos dependiente del Comité Central del PC de Azerbaiján el 28 de
marzo de 1.972” .
En
la página 103, nos dice Ilia:
“Dicho de otra manera: la esencia de la
sociedad soviética se refleja en su patología. El totalitarismo considerado sin
hipocresía es el mundo de la mentira, en el que las relaciones entre los
hombres son desnaturalizadas, donde todo es falso y simulado: el amor, la
amistad y a menudo el propio vicio. Es el universo de la alienación, de la
apariencia engañosa y vana; un universo en el cual los hombres disimulan bajo
sus máscaras sus inclinaciones, sus intenciones, y los motivos de sus actos. En
las costumbres reina una uniformidad engañosa y vil. Parece que todos los
caracteres responden al mismo modelo, se incita a los individuos a conformarse
a las costumbres, y no a hacer lo que desean. Las relaciones humanas auténticas
son desnaturalizadas. La corrupción hace estragos en todas partes, la amistad
sincera es una excepción, no hay respeto ni confianza y, con el pretexto de la
colectividad, se han instaurado la sospecha, la hostilidad y el odio. Para la
opinión pública, como por otra parte para el propio individuo, el valor de la
personalidad y el lugar ocupado en la sociedad son una misma cosa. Éste es el
origen de las leyes y reglas de la jerarquía socialista. La actividad social
del hombre – las instituciones que ha creado – ha tenido como resultado romper
la unidad entre su ser profundo y su existencia y pervertir sus relaciones
naturales. En esta ruptura se resume la totalidad de la realidad soviética, en
la que el único medio de no hundirse en la desesperación es convertirse en un
cínico o transgredir la ley”.
¡Y
pensar que aún hay personas por ahí dando “coletazos” que defienden este monstruoso
régimen (actualmente en vigor en Cuba y en Corea del Norte) y que clamaban por él en la
II República Española!
( I ).- Luego KGB
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