Si Antonio Gramsci levantara la cabeza, y viera todos
estos dispositivos electrónicos que hay ahora, amén de la inteligencia
“artificial”, quedaría atónito, a la vez que disfrutaría al ver que su teoría de
la “rivolta culturale” se expandiría a toda velocidad.
Estos, estas y “estes” que tenemos actualmente en el
desgobierno, construyen, o les construyen, unos discursos ideológicos en los
que se habla mucho de libertad de expresión, pero ojo, libertad de expresión
contra los “otros”, contra “nosotros” caca de la vaca flaca.
Si a una persona se le ocurre expresar sus opiniones y
defender sus ideas, sean del tipo que sean, como no estén de acuerdo con lo que
“nosotros” pensamos, automáticamente se la descalifica y se la insulta, ya que
ellos, a base de populismo, de demagogia y logomaquia, usan la terminología del
bien. La “rivolta culturale” de Gramsci para algo está, oiga.
Con todo el poder informático que ahora hay, amén de
la mentada inteligencia “artificial”, la verdad sale poco a relucir, ya que tal
poder e inteligencia están en manos de ya sabemos quién. Y si sale poco a
relucir la verdad, es porque los “mass-media” del sistema consideran que la
“información” es un negocio, por lo que la verdad ya no es necesaria.
El asunto está llegando a tales extremos, que el
“pueblo soberano” está obsesionado porque le cuenten historias para saber
quiénes son los “buenos” y quiénes son los “malos”. El asunto llegó a tal
culmen que ahí tenemos a ETA con 1200 asesinatos, cuyos simpatizantes y verdugos
ahora son glorificados, amén de estar “colaborando” con este desgobierno de
España, a la que odian.
No hay comentarios:
Publicar un comentario