Las medidas gubernamentales
que se deberían tomar para paliar la enorme crisis por la que atravesamos,
tienen que ir más lejos de las medidas “técnicas” (austeridad en presupuestos,
flexibilidad en el mercado de trabajo, etc, etc). Y al decir más lejos, nos
estamos refiriendo a que hay que dejarse de prejuicios ideológicos y afrontar
la realidad.
Por mor de los citados
prejuicios, el desastroso gobierno que tenemos no reconoce que ha llegado muy
lejos en muchísimos errores, y cierra
los ojos y no hace nada aún a sabiendas de muchas cosas, entre ellas, por ejemplo,
que la renta media nuestra es de un porcentaje muy bajo comparada con la media
de la CE.
Uno de los errores mayores es
el “proteccionismo”. Es de tal gravedad el asunto, que ya no es posible
mantener íntegramente esta especie de tinglado-entramado construido en
determinados ámbitos públicos.
Por supuesto que todo “estado
del bienestar” que se precie de tal, no debe renunciar a determinas
protecciones sociales tales como sanidad, educación, mantenimiento de
pensiones, etc. Esto está claro. Pero también es verdad que hay que sopesar
hasta dónde deben llegar estas coberturas para no estrangular y oprimir al
sector privado. Actualmente se está detrayendo de este sector tal cantidad de
recursos, que hace que se le esté hundiendo y, lo que es peor, tales recursos
están siendo insuficientes para mantener y alimentar lo público. Los millones de
parados pesan mucho, y son millones por culpa de este desastroso desgobierno
que tenemos.
En fin, después de estas pinceladas,
llega uno a la conclusión que hay que reducir la actividad del Estado para que
sea viable y posible el mantenimiento del verdadero “estado del bienestar”. Si
continuamos por el demagógico camino de seguir aumentando e incrementando el
sector público, llegaremos a una situación tal en la se romperán y
desaparecerán casi todos los sistemas de protección.
Pero es igual, oiga: “España
avanza”.
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