El que fuera secretario del
PCE, José Díaz, que fallecía en marzo de 1.942 en Tiflis, a la sazón capital de
la soviética Georgia, arrojándose por una ventana, escribió un libro
intitulado “Tres años de lucha”, Colección Ebro, 631 páginas. En la
36 se lee:
“Es más camaradas. No sólo ha
sido nuestro gran Lenin quien ha advertido de esta necesidad a los proletarios.
Su mejor discípulo, el actual jefe de la revolución mundial, el timonel de la
nueva Rusia Soviética, el camarada Stalin, nos ha dicho:
Algunos camaradas piensan que
en cuanto sobreviene una crisis revolucionaria la burguesía tiene que caer en
una situación sin salida; que, por consiguiente, su fin está predestinado; que
el triunfo de la revolución está, por eso mismo, asegurado, y que no hay que
hacer más que esperar la caída de la burguesía y escribir resoluciones
triunfales. Esto es un profundo error. El triunfo de la revolución no llega
nunca por sí solo. Hay que prepararlo. Hay que conquistarlo. Ahora bien: sólo
un partido proletario revolucionario fuerte puede prepararlo y conquistarlo.
Esto nos han dicho Lenin y
Stalin. Su formidable y genial inteligencia y experiencia nos sirven para no
incurrir en errores que serían fatales. A la luz de sus enseñanzas, nosotros
comunistas, recorremos el camino que ha de conducir a la humanidad
laboriosa, al pueblo trabajador, al triunfo sobre el fascismo y el capitalismo:
Nosotros seguimos esa senda victoriosa. La Internacional Comunista,
organización revolucionaria del proletariado mundial, dice a los trabajadores
que hoy el enemigo inmediato al que hay que vencer, al que hay que aniquilar,
es el fascismo. A esta necesidad responden los cambios introducidos en la
táctica de lucha del comunismo internacional. Lo repito, camaradas: a una nueva
situación corresponde, forzosamente, una nueva táctica. Hay hechos nuevos que
han hecho cambiar notablemente la situación desde el VII Congreso”.
Como puede verse, la república
que se quería imponer en España era la de corte marxista. Que no nos vendan la
moto ahora diciendo que se perseguía una República del respeto, del
orden y de las libertades, teniendo por referentes a dos monstruos como eran
Lenin y Stalin, paladines del terror, del odio y de la mentira.
¿Figurará algo de esto en la memoria democrática
de Su Sanchidad y de Sor Yolanda? ¿Es así “como queremos actuar nosotros”?
Continuará.
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