Los de la internacional de la mentira, del odio y del
terror hablan y hablan de redes sociales, cuando tales redes en los países de
sus amores no existen, o están controladas por el omnímodo poder del estado.
En tales redes, salvo en algunas honrosas excepciones,
aparecen todo tipo de insultos, mentiras, falsedades, confusiones, tópicos
decimonónicos, embelecos, bulos, frases manidas, cuentos, dimes y diretes,
confundiendo, a sabiendas, la velocidad con el tocino para encandilar al
“pueblo soberano”, amén de utilizar todo tipo de fuegos artificiales para
desviar la atención sobre los grandes problemas que tiene España en estos
momentos.
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