Ya saben que nos gusta
recuperar las memorias “históricas” y “democráticas”. Vamos a ello.
Ya que el tema de “Catalonia”
está en el “candelabro”, vamos a ver algo sobre el catalán Antonio Gaudí, que
fallecía en 1926 a la edad de 74 años, víctima de un
accidente de tráfico al ser atropellado por un tranvía. Como ya saben, fue el
arquitecto que diseñó el Templo de la Sagrada Familia de Barcelona.
Era un hombre
sencillo que se conformaba con poco. No le gustaba el contacto con periodistas
ni con las cámaras.
Era católico
militante. De haber vivido en el verano de 1.936, probablemente sería asesinado
de un tiro en la nuca al lado de la tapia más próxima. Todos sabemos, bueno,
casi todos, lo que sucedió cuando fue asaltada la Cripta del Templo de la
Sagrada Familia: documentos, maquetas, archivos, planos, etc, etc, fueron
arrasados por las turbas “legales” (¿serían los “indignados” de hoy?).
En el siguiente
asalto practicado por la Guardia de Asalto de la Generalidad, los restos del
arquitecto fueron brutalmente profanados tirándolos a los escombros, siendo
recogidos por una mujer hasta que las tropas nacionales entraron en Barcelona,
siendo cuidadosa y piadosamente enterrados.
Ni qué decir
tiene que estos datos, y otros muchos, no se les cuentan a los turistas que
visitan la Basílica.
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