Desgraciadamente
vivimos unos tiempos de grandes enfrentamientos y grandes conflictos. Si bien
esto siempre existió, nos parece que actualmente el asunto se ha agravado. Y
decimos esto porque para resolver un conflicto la mayoría de las personas no
buscan precisamente la solución de dicho conflicto, sino que lo único que
persiguen es que el asunto se solucione de una manera que atiende a las
peticiones que les conviene, lo que lleva a un enfrentamiento y a un desafío
con las otras personas. En una palabra: si un conflicto transcurre por el
terreno personal, lo que se conseguirá será crear más problemas.
Por otra parte, las personas que se enfrentan, no suelen ser conscientes, además de no entender bien la discrepancia o el conflicto que tratan de solucionar. No se paran a analizarlo. Cuando surge la discusión, se suele salir por los cerros de Úbeda, ya que no se centran en lo que se está tratando, cosa esta que lleva a acrecentar el problema con enredos, falsas interpretaciones, mentiras, engaños, etc.
Otra cosa que no se tiene en cuenta es ver la conexión de dicho conflicto con
los problemas de la vida real. De esta forma se podría solucionar mejor el
asunto que se esté tratando, ya que se tendría una mejor visión del mismo. Otra
cosa importante sería ver qué tipo de relaciones tienen las personas
generadoras del conflicto.
Los conflictos que pueden plantearse son múltiples y variados. Pero hay dos que
tienen difícil solución, por no decir que no la tienen. Son los derivados
de los valores y de los intereses. Los primeros son los originados por
creencias que son incompatibles con las personas litigantes, ya que dichos
valores son los que dicen si una cosa es buena o mala, verdadera o falsa, justa
o injusta, etc, etc. En los segundos, una de las partes, o varias, piden y
exigen que para resolver el conflicto tengan que sacrificarse las necesidades y
peticiones del contrario.
Si el conflicto se lleva al terreno político, ya sabemos lo que
desgraciadamente sucede: a enfrentamientos que suelen terminar en violencia.
Y para terminar una pregunta: ¿hacen algo los políticos para solucionar los
mentados conflictos? Nuestro parecer es que no. Algunas veces, y por motivos
partidistas, los fomentan.
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