Cuando un partido político alcanza el poder después de unas elecciones, que más bien se podrían llamar votaciones, es necesario que los programas que presentan durante la propaganda del período electoral, sean debidamente evaluados y contrastados para que, en caso de no cumplirse o ser perjudiciales para la sociedad, cambiar rápidamente al gobierno. Pero, claro, esto no sucede porque las legislaturas duran cuatro años y la cosa pude ser desastrosa, como ha ocurrido durante varias legislaturas.
En la España posterior a 1982, nunca ha habido un verdadero consenso para la evaluación de un programa político. Las alianzas entre partidos así lo demuestran y lo impiden, lo mismo que también lo impiden las administraciones locales y autonómicas.
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