Con esta entrega terminamos, aunque seguiremos con el
tema histórico por las razones que ya saben: mentiras, engaños, embelecos,
distorsiones, omisiones, etc.
Fanatismo por la Unión Soviética.
El fanatismo que había en aquellos tiempos de la
II República por la Unión Soviética, era poco menos que demencial. No se
entiende muy bien cómo un régimen carente de libertades y en el que había
hambre, torturas, deportaciones, represiones y asesinatos, pudiera encandilar
tanto no sólo al pueblo, sino a los dirigentes del PCE.
Prueba de esto que decimos queda plasmado
en el libro “Tres años de lucha, por el Frente Popular, por la
libertad, por la independencia de España” ( I ), Colección Ebro 1970, 632
páginas, autor José Díaz Ramos, secretario general del PCE, tras haber sido
expulsado el anterior secretario, José Bullejos, por orden de la Internacional
Comunista.
Dentro del Capítulo IV intitulado “El camino
para aplastar a la reacción y al fascismo, después del triunfo
electoral”, se lee en la página 166:
“El grave peligro de la guerra.
Hay que detenerse en estos momentos, en la
gravedad de la situación internacional. En el plano internacional, sólo hay un país que verdaderamente siente la paz y trata por
todos los medios de consolidarla y de impedir la guerra: la Unión Soviética. Y
esto lo demuestra en la Sociedad de Naciones y en todas partes donde se acusa
su presencia. El peligro de guerra va dirigido principalmente contra la Unión
Soviética, y por ello ésta refuerza continuamente su potente Ejército Rojo,
como garantía de la paz y de la revolución. Todo el proletariado
debe estar alerta para quien ataque a la Unión Soviética se estrelle, no sólo
contra la resistencia del Ejército Rojo y de un pueblo de ciento setenta
millones de habitantes que defienden lo que es suyo, sino también contra la solidaridad internacional del
proletariado. España no puede permanecer pasiva ante este conflicto y debe
orientarse hacia la política de paz de la U.R.S.S. y de los que la apoyan.
El gobierno debe llevar a cabo, de una
vez, el reconocimiento de la Unión Soviética y apoyar su política de
paz . . .
Si llega el momento en que la guerra estalle,
hay que defender la revolución y la Unión Soviética.
El Partido comunista de España será incansable;
trabajará todos los días, todas las horas, incesantemente, para asegurar el
camino ascendente de la revolución en España. Quienes traten de cruzarse en
esta ruta, serán aplastados.
¡Viva el Partido único marxista-leninista! ¡Viva
el Frente único del proletariado! (Gran ovación y vivas al Partido Comunista)”
Toda esta propaganda queda desmontada en el
libro “El libro negro del comunismo. Crímenes, terror y
represión” ( I ), Editorial Planeta, 1.998, 865 páginas, incluido
el índice onomástico. Los autores son Stephane Courtois, Nicolás Werth, Jean
Louis Panné, Andrzej Paczkowski, Karel Bartoserk y Jean Louis Margolin.
En la página 377, y
siguientes, dentro de la Segunda Parte intitulada “Revolución
mundial, Guerra Civil y Terror”, hay un párrafo dedicado a España: “La
sombra de la NKVD proyectada en España”. Aquí se nos cuenta todo el horror,
el terror, las mentiras, el odio y los manejos de la Komintern para hacerse con
el poder en España. Lo de la república era una cortina de humo.
Más adelante, en la
página 379, también se lee: “La España de los años 1.936-1.939 era un
lugar de ensayo para los soviéticos que, seguros de su experiencia acumulada,
despliegan todo su arsenal político y experimentan técnicas que volverán a
utilizar a principios de la Segunda Guerra Mundial, y que a final de esta se
generalizarán. Sus objetivos son múltiples, pero el más urgente es conseguir
que el partido comunista español (completamente supervisado por los servicios
de la Komintern y del NKVD) se hiciera con el poder del Estado con el fin de
que la República siguiera los deseos de Moscú. Este objetivo implica instaurar
los métodos soviéticos, en primer lugar la omnipresencia del sistema policial y
la liquidación de todas las fuerzas no comunistas”.
Por otra parte, también
se lee que José Díaz, antes de ser eliminado en Moscú en marzo de 1942,
escribió varias cartas a los jerarcas de la URSS para protestar contra las
inhumanas condiciones de vida de los niños españoles de Tiflis, que era donde
vivía él.
También existe otro
libro en el que se desmonta todo lo dicho por José Díaz y por el PCE: “España
traicionada. Stalin y la guerra civil” ( I ), Editorial Planeta
Historia y Sociedad, primera edición setiembre de 2002, 628 páginas
( I ).- Estos tres libros figuran comentados en este
blog.
Nota.- Lo destacado en rojo es nuestro.
¿Figurará algo de esto en la memoria democrática
de Su Sanchidad y de Sor Yolanda? ¿Es así “como queremos actuar nosotros”?
No hay comentarios:
Publicar un comentario