España es un problema no sólo para los
españoles, sino también para los foráneos ¿Cómo es posible que esto suceda? No
se comprende cómo la relativamente reciente Leyenda Negra, maquinada, tejida y
urdida por nuestros enemigos seculares, Inglaterra y Francia a partir del siglo
XVI, tenga más predicamento entre nosotros que entre los extranjeros europeos.
Pero esto de la Leyenda Negra, parece que
vuelve otra vez con otros matices, matices de “sinistra”, que diría el inefable
Alfonso Guerra. Y vuelve otra vez desde dentro. Porque desde dentro se está
llevando a cabo la demolición y el desguace de España. No se paga nada por
esto: con dar rienda suelta al rencor y al odio, los encargados de hacer la
obra no necesitan certificaciones para cobrar.
Rajoy, cuando acertó con el calificativo de
Bobo Solemne, pudo haber añadido otro: el de antiespañol que, unido a su
irresponsabilidad e ignorancia (600 asesores le contemplaban), se creía dueño
de sus actos, cuando en realidad era una pura marioneta que trataba, nos decía,
de resolver los problemas de los españoles, cosa que no logró y que causó
irreparables e irrecuperables daños desde todos los puntos de vista.
Y llegamos
a los momentos actuales, con una casta política poseída de una arrogancia y soberbia
desmedidas, amén de otras cosas, ya que manifiestan un total desprecio hacia la
opinión ajena, considerándose por encima de ella, no soportando la más leve
crítica.
Muchos
de estos, estas y “estes”, sociatas, “sociatos”, “sociates”, “comuniatos”,
“comuniatas” y “comuniates”, algunos, algunas y “algunes” poseedores de suntuosos
chalets y lujosas viviendas, amén de llevar una vida a la gran Dumond, son
trabajadores “por el libro”; son votantes de lo correcto; se autodefinen de
forma dogmática como creativos, precisamente en estos tiempos de imaginación
nula; son deportistas, ya sean senderistas o jugadores de bolos; son fanáticos adoradores y defensores de la
“kurtura”; leen lo que les manda el partido y deducen lo que les dicen que
tienen que deducir; viajan mucho, porque dicen que esto les abre la mente y les
mejora el criterio; son ecologistas “algorianos” y odian el átomo del que no
saben más que lo que les dicen que tienen que saber.
Ya lo
decía el genial Groucho Marx:
“La política es el arte de
buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después
los remedios equivocados”
¡Pobre España!
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