Paredes de Nava 1486, Toledo 1561. Fue una excelente
persona que tenía gran curiosidad por los temas del arte. Era hijo del pintor Pedro
Berruguete, quedando huérfano relativamente pronto, lo que no le impidió hacer
todo tipo de sacrificios para ir a su querida Italia, con el fin de querer
perfeccionarse en la escultura.
En Roma vio tallar y modelar al gran Miguel Ángel,
aprendiendo en su taller los comienzos del Renacimiento italiano. De Roma pasó
a Florencia, donde terminó un retablo. Cuando tenía 34 años regresó a España
todo ilusionado.
Sus primeros trabajos los realizó en Zaragoza y en
Huesca, que fueron bien pagados. El emperador Carlos V le nombró pintor y
escultor de Cámara, encargándole varios trabajos para el Alcázar madrileño.
Posteriormente hizo en Toledo la sillería del coro de la catedral, haciendo
también varias obras en la iglesia de San Gregorio vallisoletana, existiendo un
gran Museo en esta capital.
Berruguete consiguió una gran fortuna gracias a su
talento artístico
Fuente: páginas 74 y 75 del libro “Cien
figuras españolas. Biografías de españoles célebres”, autor Antonio J.
Onieva, Imprenta Casa Editorial “Hijos de Santiago Rodríguez”, Burgos 1951, 212
páginas.
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