miércoles, 11 de marzo de 2020

La inmigración ilegal.



Como ya saben, estamos en tiempos de una dictadura “progre”, con su doctrina y su “corrección política”, propagadas por los “mass-medio” más ad hoc al sistema. En el momento que se le ocurra al alguien decir alguna verdad que vaya en contra de lo “políticamente correcto”, los insultos y descalificaciones estarán a la orden del día. Por tanto, no queda otro remedio que ver, oír y callar.

Dicho lo anterior, vamos a comentar algo sobre la inmigración que, como se calla y se omite, no es más que un auténtico comercio y cambalache de personas, aunque tal comercio figura enmascarado como solidaridad. Que se lo pregunten a las mafias que trafican con estos inmigrantes, muchos de ellos ilegales, lo que trae malas consecuencias, como ya es sabido, pero no dicho. La verdad se silencia.

¿Se acuerdan del cuento de hadas de Hans Christian Andersen intitulado “El traje de emperador”, o “El rey desnudo”? Por si no lo recuerdan, ahí va.

En él se comenta que todas las personas tenían miedo de decir y reconocer la verdad para no ser señalados. El cuento narra como un niño gritó a los cuatro vientos que el emperador estaba desnudo. Nada le importó decir la verdad y que le señalasen. El que quiera entender, que entienda.

¿Y qué dice y hace la costosa casta política? Pues nada . . . bueno, nada, no: demagogia, populismo, logomaquia por doquier sobre el asunto, pero algunos viven como ricachones en suntuosos chalets. Pero, claro, oiga, siguen con su “humanismo” y su “ética”, permitiendo el asalto a las vallas de Ceuta y Melilla, así como las “okupaciones”. Pero “okupar” el casoplón de Galapagar, caca de la vaca flaca.



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