Sí, muchos españoles estamos hasta la coronilla de un
montón de cosas que implantaron, y siguen implantando, los “internacionalistas”
de la mentira, del odio y del terror que, vergonzosamente, campan por sus
respetos dentro de “los muros de la Patria mía”. Sí, estamos hartos de:
a).- Sufrir el desprecio, la descalificación, el
insulto, la amenaza, la agresión y más cosas, de las personas que odian a las
que pensamos de forma distinta y diferente.
b).- De que no se tomen medidas ante los actos de
vandalismo, de insurrección, de desprecios, etc, etc, que se ven casi a diario,
contra nuestra Patria y sus símbolos.
c).- De que nos abrasen a impuestos que van a parar a
los bolsillos de vagos, maleantes y “ni-nis”, amén de a los bolsillos de
algunos políticos muchos de ellos auténticos badulaques y cenutrios, que no
valen ni para mirar a ver si vienen.
d).- De símbolos, pancartas, eslóganes, pasquines,
escudos, etc, etc, que son verdaderos
insultos a España.
e).- De los “mass-media”, muchos de ellos mercenarios
de ya sabemos quién que, a base de embelecos, mentiras, distorsiones,
falencias, etc, no solamente desinforman, sino que muchos de ellos inculcan el
odio a España. No digamos ya nada a la religión cristiana.
e).- De que se eche la culpa de todos los males a los
“otros”, que son los tarados y de gran clíbano mental.
f).- De la supresión en muchos sitios del idioma
español, en beneficio de lenguas vernáculas, muchas de ellas carentes de
etimología, de gramática, de normas sintácticas y didácticas, etc.
g).- De que algunos digan que España les roba (“Espanya
ens roba”), amén de creerse que son el centro del mundo.
h).- Del
fanatismo político, social e ideológico de varias autonomías, engañadas con
cuentos de hadas sobre su historia, ante la que se quedan con un deliquio que
ya lo hubiese querido para sí la mismísima Santa Teresa de Jesús.
En fin, podíamos seguir y seguir, pero haríamos el
escrito un poco largo.
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