El título completo del libro es “El hombre nuevo soviético. De la utopía a la realidad”, autor
Michel Heller, Editorial Planeta S.A. 1985, 278 páginas incluido el Índice
Onomástico.
Como siempre, este es otro libro que no se ve por las
librerías. Las razones ya se las pueden imaginar.
Como decíamos en la anterior entrega, en ésta veremos
las “recomendaciones” de Lenin para paliar el desastre que se venía encima, ya
que los obreros no querían trabajar gratis.
En la página 114 se habla de los años de los planes
quinquenales, circulando la siguiente máxima: “Si no puedes, te enseñarán; si no quieres, te obligarán”.
Ya en 1918
Lenín decía que “era indispensable
recurrir a la coacción sobre la clase obrera, enseñarla y obligarla a trabajar”,
a la vez que hablaba de “disciplina de
hierro”, “sumisión sin condiciones a la voluntad de una persona, el responsable
soviético, durante las horas de trabajo”.
Y sigue el monstruosos Lenin: “El socialismo implica trabajar sin ayuda de los capitalistas,
colectivamente, bajo el control, la vigilancia, la férula implacable de la
vanguardia organizada”.
Esto de “trabajar
sin la ayuda de los capitalistas”, se vino abajo. Así, en la página 131 se
lee:
“Desde
1930, la Unión Soviética conoce ‘dificultades temporales’ de aprovisionamiento,
incluido el pan. En 1981-1982, la URSS compró 46.000.000 de toneladas de trigo
al extranjero, y se manifestó resuelta a adquirir regularmente 35.000.000 de
toneladas. Se organizó en el país una campaña para incitar a la población a
‘economizar el pan’. Llegaron a proponer sacar al mercado piezas de pan de 900
gramos, en vez de 1-1,3 kilos habituales, puesto que el pan era de tan mala
calidad que se endurecía y se hacía incomible”.
En la próxima entrega veremos algo sobre una película
que se proyectó en la URSS intitulada “Un
tren se detiene”. También veremos algo sobre las apariencias y los engaños
en el trabajo
Continuará,
No hay comentarios:
Publicar un comentario