Uno de los temas más manidos y recurrentes es el de
los derechos humanos que, curiosamente, no se tienen en cuenta en ciertos
sistemas teocráticos, como tampoco se tienen en cuenta en ciertos gobiernos,
algunos de ellos “desgobiernos”, por mor de la ignorancia y estulticia del
“pueblo soberano”, asuntos estos que les valen como base y soporte de lo que
nos quieren imponer.
Por otra parte, de obligaciones nadie habla. Lo que
priva es la también manida y recurrente “opinión pública”. Vamos a ver: ¿cómo
puede opinar una persona que no sabe cuántos lados tiene un triángulo, o que
dice que Charles Darwin “inventó el homo sapiens”? ¿Cómo puede opinar una
individua que dijo que había llovido muchos porque habían caído muchos “litros
cuadrados”, diciendo otra persona que el “homo erectus” había vivido en las
“tabernas”? No ponemos más ejemplos porque se haría muy largo.
Lo que sucede es que dicha opinión pública está
tallada y esculpida al capricho y agrado de los desgobiernos para inocular lo
que ellos quieren y desean, prohibiendo o rechazando todo lo que se diga en
contra. Así, por ejemplo, se transmite que el aborto debe de consentirse y
tolerarse, amén de ser legal porque así lo desea la “mayoría”, que no es otra
cosa que el poder.
En fin, tal parece que estamos en una sociedad
esclavizada debido a que ya no se quiere saber nada de valores éticos y morales,
ya que el objetivo es acabar con la vida y con la libertad. El precipicio, el
abismo, el barranco, el despeñadero, etc, están a la vuelta de la esquina.
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