viernes, 18 de noviembre de 2022

Lo que vale mover un kilogramo de aire


 Como ya hemos escrito varias veces, eso que llaman fútbol, o “furbo”, nos importa un bledo, dos cominos y tres dídimos. Como hay que estar al día, últimamente los “mass-media” están bombardeando al “pueblo soberano” con la celebración en Catar, dentro de unos días, del campeonato del mundo de mover de aquí para allá un kilogramo de aire encerrado en un cuero, como ya hemos dicho en muchas ocasiones.

La verdad es que no entendemos cómo se puede celebrar este evento en un país en el que los derechos humanos prácticamente no existen, pero sin embargo el petrodólar es el que manda. Ustedes ya nos entienden.

Pero claro, oiga, el dar patadas al cuero con aire, y darlas también a los dídimos del contrario, hace que las masas disfruten y se regocijen, lo que trae muchas veces enfrentamientos y violencias, algunas veces con muertes. Si las masas están interesadas en este “deporte”, ¿por qué no van a ver el “furbo” de aficionados, que les saldría mucho más barato? Pero es igual, las masas son capaces de pasar hambre para no perderse un “encuentro”, pagando la entrada al precio que sea.

Por otra parte, tampoco se entiende que se celebre en este país tal evento futbolero, pues no tiene calidad, ni talla, ni destreza en dicho “deporte”. Pero como ya saben, los petrodólares lo mangonean todo: gobiernos, embajadas, despachos y demás.

Además de todo esto, y de muchas cosas más, este país árabe carece de muchas libertades, principalmente para las mujeres. Esto está sobradamente demostrado, pero tal parece que a los internacionales e “internacionalas” de la mentira, del odio y del terror, no les interesa el asunto. No dicen ni pío. Sólo abren la boca en los países occidentales, que es donde hay libertad.

Las personas que se les ocurra ir a este país para ver el fútbol, lo van a pasar mal, ya que se van a encontrar con una sarta de preceptivas oficiales y legales que, de no cumplirlas, puede que vayan a la cárcel. Dichas preceptivas, normativas, o como quiera ustedes llamarlas son, entre otras, no poder beber alcohol (¡qué mal lo pasarán los muchachos de los “botellódromos”!), amén de no poder gritar, dar voces, pelearse, etc.

En fin, mientras se celebra y se festeja un gol; mientras se insulta al árbitro y a los forofos del equipo rival y demás, las feministas, los “feministos”, las progresistas y “progresistos”, guardan total y absoluto silencio sobre todo esto. Puede que el “furbo” sea “El mayor espectáculo del mundo”, sólo que sin James Stewart, sin Charlton Heston, sin Cornel Wilde, sin Gloria Grahame, sin Betty Hutton, etc.

¡Ah!, ¿por qué la Irene Montero no protesta para que se celebren encuentros de fútbol entre hombres y mujeres? ¿Habrá que cambiar el “reglamento”?



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