El título completo del libro es “Consigna: matar a José Antonio. Crónica de una traición”, autor Manuel Barrios, Editorial Ediciones Nowtilus, S.L., 2005, colección Investigación Abierta, 221 páginas.
Como ya saben, el 20 de noviembre del pasado año 2016 se cumplía el octogésimo aniversario del asesinato de José Antonio Primo de Rivera. La orden de su asesinato fue dada el día antes por R. Llopis y por el comunista Jesús Monzón, a la sazón gobernador civil de Alicante, sin que se diera conocimiento del asunto al presidente del Largo Caballero. Cuando éste se enteró, la sentencia ya estaba cumplida.
El libro está basado en documentos que han estado ocultos durante más de setenta años
Nos ha llamado la atención el Capítulo 11 intitulado “Los muertos sí hablan”, página 167. Entre otras cosas se cuenta la amistad sincera que había entre José Antonio e Indalecio Prieto. Tanto es así, que éste recibió los papeles póstumos del fundador de la Falange, papeles en los que se puede leer la intención de José Antonio de evitar la guerra. Al leer esto, y otras cosas que había en esa documentación, Prieto dijo aquello de que se podía detener «la espantosa contienda que iba ensangrentando España».
En esta obra se ve claramente el pensamiento de José Antonio, ignorado por el “pueblo soberano” y distorsionado por los de la internacional de la mentira, del odio y del terror, pensamiento que hoy se denominaría progresista y con un gran contenido socialista, pero cristiano, que condenaba a la derecha cuando lo estimaba oportuno.
A tal efecto, y por poner un ejemplo, en el Capítulo I intitulado “Vísperas de sangre”, se lee en la página 19 un comentario de José Antonio sobre Gil Robles:
“Gil Robles tiene la culpa de todo. Durante dos estúpidos años, cuando podía haberlo hecho todo, no hizo nada (…). Lo único que sé es que si el Movimiento de Franco sólo ha de servir a la reacción, mi Falange y yo nos retiraremos; y en lo que a mí concierne, volveré probablemente a esta cárcel; a esta o a otra, eso es lo de menos, en el término de algunos meses”.
Otro ejemplo es el que se lee en la página 193, dentro del apartado “Anexo”, en el que se narra el proceso judicial de José Antonio. El Fiscal le dice:
“Con motivo del aplastante triunfo del Frente Popular, ¿redobló sus actividades en contacto con otros elementos afines, por ejemplo Renovación Española, contraria al régimen republicano, para preparar la revolución que ensangrienta a España?”
José Antonio responde:
“Le diré al señor Fiscal. A fines de diciembre de 1935 vino a visitarme un redactor de Blanco y Negro periódico ultraderechista, para decirme: ¿Qué resultado prevé Vd. de las elecciones? Había preguntado ya a Calvo Sotelo, a Gil Robles y a no sé quién más. Todos habían dicho: "Triunfo aplastante de las derechas". En la última página o en la penúltima de este periódico está lo que yo dije: "Preveo el triunfo de las izquierdas". "El triunfo rotundo de las izquierdas". Y me dijo: ¿Qué sucesos públicos prevé como consecuencia? Respondí: "Se constituirá un Gobierno de izquierdas burguesas, probablemente presidido por Azaña. Si este Gobierno acierta a comunicar al país la experiencia de una obra izquierdista, renovadora, pero con alegría nacional, puede esperarse para nuestra Patria buenos días, grandes días". Esto dije yo. Y agregué: "Si no consigue eso, probablemente, habrá una pugna evidente entre la Revolución Marxista y la Revolución Nacional". Esto dije también. Se celebraron las elecciones, la Falange Española fue separada de las derechas e hizo campaña contraria a ellas, porque les eché en cara treinta veces que no habían sabido hacer una obra Nacional y Social; que se habían limitado a aplastar, de modo torpe y excesivo, la Revolución de Asturias, sin ponerse a indagar por qué podía haber estallado. Todo esto lo dijimos hasta hartarnos y cuando vino el, dieciséis de febrero y triunfaron las izquierdas, publiqué un número de Arriba, en el que a toda plana se decía: "Sucedió lo que tenía que suceder".
En fin, un libro esencial para conocer el hombre que pudo haber cambiado la Historia de España y recomendado para los “historieteros” paniaguados del régimen.
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