Así se intitula el libro de Jean Sévillia, editado por Criteria
Club de Lectores, 2.009, 398 páginas incluido el índice onomástico. Es autor
también de otras grandes obras como “Cuando los católicos estaban fuera
de la ley", “Moralmente correcto” o “El
terrorismo intelectual”.
Y
terminamos con este magnífico libro.
Los
capítulos IV y XIII, intitulados respectivamente “La España de los Reyes Católicos” y “Fascismo y antifascismo”
son, bajo nuestro punto de vista, los más interesantes del libro. Dentro de
este último capítulo figuran los apartados “El
antifascismo, operación de propaganda comunista”, y “1939: la alianza Hitler Stalin”, que no tienen desperdicio.
Comenta
el autor que Francois Furet dice sobre el antifascismo que es «el criterio esencial que permite diferenciar a los
buenos de los malos».
También nos dice que autor
que “El antifascismo prepara también la
coalición formada entre comunistas, socialistas y radicales, un año más tarde,
con vistas a las elecciones de 1936 que darán la victoria al Frente Popular”.
Asimismo, también comenta el
autor que el entendimiento entre socialistas y comunistas estaba programado
desde Moscú, comentando posteriormente la agitación y propaganda:
“Con esta amplia empresa de agitación y propaganda, lo
que sepretende es convertir la causa de la paz en defensa de la URSS, porlo tanto del comunismo: estar a favor de la paz es estar contra Hitler: estar contra Hitler es estar a favor de Stalin; al contrario, estar contra Stalin es, pues, estar a favor de Hitler. El 2 de
mayo de 1935, en el Kremlin, Laval y Stalin firman el pacto
franco-soviético. Para el PCF, es un cambio a la vista: los comunistas, que no votaban jamás los créditos militares, moderan su antimilitarismo y toman como contraseña la unidad de acción en nombre del antifascismo”.
Sobre la firma del pacto
Hitler-Stalin el autor nos dice, entre otras cosas:
“El 22 de junio de 1941, Hitler pone en marcha la
operación Bar-
barroja: sus tropas invaden la URSS. En ambos bandos, la guerra en Rusia será de una crueldad atroz. Al tocar Stalin la cuerda patriótica, su pueblo consentirá en hacer enormes sacrificios
para acabar con el nazismo. En el plano estratégico, para aplastar
a Alemania, la alianza con Rusia era seguramente necesaria. Pero la feliz
victoria de 1945 conllevará una trágica ambigüedad: presentar al comunismo como
la defensa de la democracia frente al fascismo. ¿La URSS, un Estado
democrático? Para los pueblos del Este, empezaba otro calvario”.
Esta
es la verdadera historia omitida por los “historietereos” de ahora, que trae
como consecuencia, aparte de los intereses políticos, que los estudiantes sean
unos auténticos ignorantes. Esta manipulación del pasado sirve, como dice
Cristina Losada, para que “la próxima vez
que se pregunte a unos estudiantes sobre la guerra civil, respondan que se
libró entre los defensores de la democracia y las hordas fascistas de
Aznar".
Mucho
“homo videns”, pero poco “homo sapiens”. Recomendamos leer este magnífico
libro.
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