Comentábamos en el artículo anterior, que en éste veríamos
algo sobre las guerras y la revolución, y
movimientos sociales.
Con el objeto de destruir la
sociedad tradicional, el comunismo se valió, y se vale, de todo tipo de
agitación social, preferentemente la guerra.
Como ya saben, la Gran Guerra
sirvió para aniquilar y derribar imperios, entre ellos el del zar ruso, lo que
valió para ir trillando la revuelta bolchevique.
La Segunda Guerra Mundial
sirvió, entre otras cosas, para que la URSS invadiera y asaltara la Europa
oriental. Posteriormente surgieron lo que pomposamente se llamó “movimientos
nacionales de liberación”, que trajeron como consecuencia que muchos países de
África y de Asia, y también de Hispanoamérica, cayesen bajo las redes del
comunismo.
Una de las bases de la teoría
comunista, es la toma del poder, no por vía democrática, sino por la
revolucionaria, valiéndose para conseguir este fin, entre otras cosas, de
avivar el odio, el resentimiento, el enfrentamiento, la discrepancia, la
desavenencia, etc, entre la sociedad, engañándola con mentiras, falsedades y
embelecos de todo tipo; emplear el terrorismo y la violencia con el objeto de establecer
e instaurar un ambiente de pánico para aprovechar el momento oportuno para dar el
golpe de Estado.
Como ya saben también, el
comunismo intentó, e intenta, crear una sublevación y revolución a nivel
mundial. Para esto contaba con la Internacional comunista con el objeto, entre
otros muchos, de apoyar a las izquierdas de los países que no son comunistas, para
provocar los consabidos disturbios y conflictos.
Por otra parte, hay una nueva
táctica: crear y sacar provecho y beneficio de ciertos “movimientos sociales”,
tales como el tema climático, la homosexualidad, ideología de género, etc. Es
la nueva “lucha de clases”
En la próxima entrega
comentaremos algo sobre las “bases” del comunismo, suprimir el disentimiento y
el trato que se da a las élites.
Continuará.
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