jueves, 24 de noviembre de 2022

El desgobierno gobernando ( I )



Sí, queridos lectores, aunque parezca una paradoja tenemos el mejor desgobierno del mundo mundial gobernando. Vamos a ver algo de este asunto.

Cuando un gobierno exige al “pueblo soberano” disciplina, con látigo y azote en la mano, amenazando con cárcel si no se cumplen sus normas, pautas, reglas, criterios e incluso leyes (“Sólo sí es sí”, “Ideología de género”, etc), el yugo aparecerá por doquier. Lo que se consigue con esto, guste o no guste a este desgobierno, es el aborrecimiento, la aversión y la repulsión de dicho “pueblo soberano” porque, entre otras cosas, sale a la luz la ineptitud, la incapacidad, la insuficiencia, la necedad y todo lo que ustedes quieran, de los que tienen la sartén por el mango, que son los responsables de la insatisfacción general.

 Tal parece que este desgobierno tiene una pena o un castigo por cada incorrección, descuido o falta que se cometa, bajo su punto de vista. Lo “didimudo” del asunto es que sobre esto nadie dice nada, y el desgobierno sigue en sus trece sin recibir ni el más mínimo correctivo. El que esto hiciese, le caerían los calificativos de siempre: “facha”, retrógrado, reaccionario, partidario de la conspiración judeo-vaticana, y demás lindezas.

 Los verdaderos gobiernos deben de comportarse, a la hora de imponer penas, sanciones, castigos, etc, como si fuesen padres, ya que el objetivo de éstos es educar. Pero hablar a esta gente de padres, madres, familia, etc, es como hablar con un cocodrilo. Pero es igual, oiga. Se invade todo lo habido y por haber, convirtiendo a los componentes del “pueblo soberano” en auténticos súbditos, siervos o en simples residentes.

 Continuará.





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