Comentábamos en el artículo anterior, que en éste veríamos algo sobre las “bases” del comunismo, suprimir el disentimiento y el trato que se da a las élites.
Otra de las bases de la
doctrina marxista-lennista es manejar al “pueblo soberano” para lograr sus
fines, adoctrinándolo para conseguir que actúe como un peón revolucionario.
Si algún miembro de dicho
“pueblo soberano” disiente o no está de acuerdo con el adoctrinamiento, no
dejándose engañar, entonces es cuando empiezan las campañas del partido
comunista diciendo, entre otras cosas, que la disidencia está fuera de la
democracia y de la “cultura” comunista. Si se sigue con el disentimiento, es
cuando empiezan los crímenes y asesinatos. Ahí están los ejemplos de Stalin, Mao,
Pol Pot, etc, etc.
Otra de las bases de la
doctrina comunista es el reclutamiento de las élites de una nación. Para
conseguir esto, de forma descarada o subliminal, lo que hace es buscar los
intereses de dichas élites, dándoles facilidades, prebendas y momios, además de
ensalzar su reputación e hinchar su soberbia y pedantería, según su fidelidad a
la doctrina, convirtiendo a los componentes de dicho “pueblo soberano”, en
auténticos “idiotas útiles”.
En la próxima entrega veremos
algo sobre el embrutecimiento de las masas.
Continuará.
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