Como ya saben, actualmente hay muchas cosas y muchas noticias de otros tiempos, y de los de ahora que, por razones políticas, por “amnesia histórica”, por ignorancia o por malas intenciones, no se recuerdan. Nosotros vamos a recordarlas, sean del tipo que sean. Vamos a ello.
Un 22 de noviembre, pero de 1963, fue asesinado en
Dallas (Texas), el trigésimo quinto presidente de EE.UU. John Fitzgerald
Kennedy. Los que ya peinamos canas nos acordamos de esto perfectamente.
El asesino fue Lee Harvey Oswald, que cuatro años
antes se había ido a la URSS, estableciéndose en la ciudad de Minsk, capital de
Bielorrusia desde 1991, después de destartalarse la Unión Soviética. En 1962
regresó a EE.UU. con Marina, su mujer, estableciéndose en Dallas, donde cometió
el asesinato del presidente, que iba en un auto descubierto acompañado de su
esposa y del gobernador de Texas, disparando desde un sexto piso.
Posteriormente, casi una hora después de asesinar a
Kennedy, este criminal también asesino de un disparo a un oficial de la policía
de dallas llamado J. Tippit.
Cuarenta y ocho horas después, Oswald también fue
asesinado a tiros por el empresario Jack Leon Ryby.
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