Como decíamos en nuestro artículo “La República del doctor Sancheznstein ( X X I I I ). Sobre piedras, balas y ‘chíribis’”, insertado en este blog con fecha 18 de junio, vamos a comentar algo sobre el libro “1939. Agonía y victoria”, autor Ricardo de la Cierva, Editorial Planeta 1989, Premio Espejo de España 1989, 346 páginas que, como otras muchas obras nadie comenta nada por razones obvias: porque no es “políticamente correcta”, además de carecer de los tópicos típicos de los “internacionalista”, y por leerse, entre otros asuntos, “la compleja conjuración de la zona republicana contra Negrín y los comunistas”, como puede leerse en la contraportada. El libro consta de V I I Capítulos, además del “Índice onomástico”, páginas 339 a 346.
Vamos a ver lo que nos dice el autor en el
apartado intitulado “La huida de Negrín y sus jefes comunistas”, páginas
207 a 211, párrafo perteneciente al Capítulo I V intitulado “Cuatro días de
marzo: cuatro golpes que aniquilaron a la República (4, 5, 6, 7 de marzo de
1939)”, página 163.
“El último consejo de
ministros de la República, presidido por el doctor Juan Negrín, no se rindió
después de la violenta ruptura con Casado; trató, como sabemos, de lograr una
mediación a través de los generales de Valencia, ordenó a la flota huida el
regreso a Cartagena, y buscó todos los apoyos imaginables antes de decidir
definitivamente escapar. Pero todos los intentos fracasaban. Los generales de
Valencia y la flota se ponían – como hemos visto – a disposición del Consejo de
Defensa. Sobre las dos de la madrugada, dicen los historiadores oficiosos del
PCE, ‘la subsecretaría de defensa por orden del Presidente, trató de comunicar
con el coronel Bueno para encargarle del mando del ejército del Centro. No fue
posible localizarle’. Todo parece indicar que, al dominar Casado las
comunicaciones de Madrid con el exterior por su control del edificio de la
Telefónica, no se pudo establecer enlace alguno desde la Posición Yuste con
Villa Eloísa, donde los comunistas de Madrid preparaban su rebeldía toda esa
noche. Y para colmo hemos descubierto una curiosísima documentación sobre un
intento murciano de secuestrar al día siguiente a Negrín y su gobierno, así
como la prueba de que el jefe de gobierno fu advertido de tal intento. Cuya
iniciativo partió del coronel, hasta entonces comunista, Ricardo Burillo,
delegado de Orden Público en la zona del interior, quien el 19 de marzo
siguiente informaba así al general jefe del Grupo de Ejércitos: ‘Para la
resolución que en justicia corresponda, elevo a V. E. la siguiente información.
1. Por confidencia recibida conozco la situación del gobierno de Negrín al
terminar el día 5. 2. A las 6 h. 50 minutos del día 6 ordeno al coronel
Aizpuru, jefe de seguridad de Murcia, la ocupación de la Posición Yuste, con
arreglo a la orden adjunta”.
En la próxima entrega veremos lo que decía
la orden.
Nota.- Conviene
recordar que Segismundo Casado, que falleció en Madrid en 1968, fue un militar
que se destacó en el período final de la guerra civil, ya que fue un jefe
republicano que dirigió y encabezó el golpe de Estado de marzo de 1939 con el
objeto de derribar al gobierno del social-comunista Juan Negrín, cosa que
consiguió. Acto seguido constituyó lo que se llamó Consejo Nacional de Defensa,
formado por socialistas moderados, republicanos de izquierda, incluso por
secciones anarquistas, y por Julián Besteiro, que era de los poquísimos
socialistas que tenían la cabeza sobre los hombros.
Recomendamos leer
nuestros comentarios sobre el libro “Un coronel llamado Segismundo. Mentiras
y misterios de la guerra de Stalin en España”, escrito por el excomunista
Francisco Félix Montiel, insertados en este blog con fechas 2, 6, 10, 17, 22 y
29 de setiembre de 2.017.
Continuará.
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