Continuamos con las poesías del libro “La Patria española”, del que ya hemos comentado algo en nuestro primer artículo. En las páginas 62 a 64, hay una poesía dedicada a la batalla de Roncesvalles. El autor es Ventura Ruíz Aguilera. Dice así:
RONCESVALLES
(Balada)
“.-
Cuéntame una historia, abuela.
.-
Siglos ha que, con gran saña,
Por
una negra montaña
Asomó
un Emperador.
Era
francés; su vestido
Formaba
un hermoso juego:
Capa
de color de fuego
Y
plumas de azul color.
.-
¿Y qué pedía?
.-
La corona de León.
Bernardo,
el del Carpio, un día
Con
la gente que traía,
.-
¡Ven por ella – le gritó. . .
De
entonces suena en los valles
Y
dicen los montañeses:
¡Mala
la hubisteis, franceses,
En
esa de Roncesvalles!
.-
¿Se acabó la historia, abuela?
.-
Allí, con fiera arrogancia,
Los
“doce Pares” de Francia
También
estaban, también.
Eran
altos como cedros,
Valientes
como leones;
Cabalgaban
en bridones
Sin
igual en el correr.
.-
Siguen contando
.-
Salió el mozo leonés,
Bernardo
salió, y, luchando
Uno
a uno los fue matando,
Y
hubiera matado a cien.
De
entonces suena en los valles
Y
dicen los montañeses:
¡Mala
la hubisteis, franceses,
En
esa de Roncesvalles!
.-
Me place la historia, abuela.
.-
¡Con qué ejército, Dios mío,
De
tan grande poderío,
Llegó
Carlo Magno acá!
¡Qué
soldados! No tiene
Más
gotas un arroyuelo,
Ni
más estrellas el cielo,
Ni
más arenas la mar.
.-
¿Y qué, triunfaron?
.-
Dios no les quiso ayudar.
El
alma les arrancaron,
Y
a sus pies les derribaron
Como
la roble el huracán.
De
entonces suena en los valles
Y
dicen los montañeses:
¡Mala
la hubisteis, franceses,
En
esa de Roncesvalles!.
.-
Prosigue la historia, abuela.
.-
Diz que dice un viejo archivo
Que
no quedó un francés vivo
Después
de la horrenda lid,
Y
así debió ser, pues vieron,
Al
sol de estos horizontes,
Muchos
huegos en los montes
Y
muchos buitres venir.
.-
¡Qué gran batalla!
.-
No fue menos el botín:
Banderas,
cotas de malla
Y
riquezas y vitualla
Se
recogieron sin fin.
De
entonces suena en los valles
Y
dicen los montañeses:
¡Mala
hubisteis, franceses,
En
esa de Roncesvalles!
.-
¿Y el Emperador, abuela?
.-
Huyó sin un hombre luego,
La
capa color de fuego
Tota
y sin plumaje azul.
Bernardo,
el del Carpio, torna
A
Castilla, tras la guerra,
Y
al poner el pie en su tierra
Lo
aclama la multitud.
.-
¡Qué de alegrías!
.-
En verlos gozarás tú.
Hubo
fiestas muchos días,
Tamboriles,
chirimías
Y
canciones a Jesús.
De
entonces suena en los valles
Y
dicen los montañeses:
¡Mala
la hubisteis, franceses,
En
esa de Roncesvalles”
Continuará.
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