Como decíamos en la anterior entrega, en ésta veremos algo sobre las células.
Prácticamente todos los seres vivos están compuestos
por unas pequeñísimas unidades llamadas células, llegando hasta el número de 50
billones en el cuerpo humano, siendo solamente visibles a través del
microscopio.
Hay otros seres vivos que sin embargo están formados
por una sola célula: son los monocelulares, tales como las amebas y bacterias,
por ejemplo.
El tamaño y actividades de las células cambian y
varían mucho, incluso de un ser vivo a otro, siendo las de los vegetales
distintas a las de los animales, aunque básicamente se componen de las mismas
partes.
Casi todas las células están formadas de la misma
manera. Están envueltas por una especie de piel fina, la membrana celular. En el interior está el citoplasma, que contiene cuerpos pequeñísimos, los orgánulos.
Aproximadamente en el centro hay una pequeña masa,
redonda y densa, el núcleo, en el
que se encuentra una sustancia llamada cromatina.
El núcleo se encuentra rodeado de su
misma piel, la membrana nuclear.
Tanto el núcleo, el citoplasma y la membrana celular están prácticamente en
todas las células, formando el protoplasma.
Las diversas sustancias que penetran en el citoplasma
se usan de distinta manera. Aquí, en el citoplasma, tiene lugar el metabolismo que, como ya se sabe, es
una serie de cambios químicos, haciendo que los alimentos se conviertan en
células nuevas, desapareciendo y descomponiéndose como desechos.
Por otra parte, otros alimentos nutritivos son
separados y dispersados con el objeto de conseguir y adquirir la energía que
contienen.
Continuará.
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