lunes, 14 de junio de 2021

La desventura de España


 Tal como están las cosas con este actual desgobierno, que nadie piense que va a solucionar los muchos problemas que tenemos los españoles, aunque la “ciudadanía” y el “pueblo soberano” sí se lo creen. Se podría escribir mucho sobre el asunto, pero se haría muy pesado. No obstante, vamos a comentar algo.

En nuestro artículo “Ni con los ojos de la cara”, comentábamos someramente que qué hacían los “sindicaleros” ante esta desastrosa situación. Que nosotros sepamos no se les ve salir a la calle como turbinas, como en otras ocasiones, para defender a los millones trabajadores en paro, así como tampoco se les ve defender a la juventud con sus trabajos precarios, efímeros y transitorios, como tampoco dicen ni mu sobre los que están en los ERTE, que pronto caerán en los ERE. Lo que les “mola” en estos momentos es arrimar el hombro al desgobierno para el asunto de los indultos, pues lo consideran como un problema laboral y no político. El silencio es atronador, valga el oxímoron. Si el asunto del indulto estuviera en manos de un gobierno de derechas, sí saldrían a la calle como turbinas. Esto está sobradamente demostrado.

En una nación normalmente constituida, ya sea aquí o en Pekín del Valle, los problemas que se presentan son resueltos por los ciudadanos, pero en el caso de esta destartalada e impresentable España esto no puede suceder porque la costosa y casposa casta política que tenemos en el desgobierno se ha adueñado de todo el acontecer, ya sea social, económico, político, etc. El asunto es seguir dominando, tergiversando y manipulando las cosas para que el “pueblo soberano”, que ni oye, ni ve, ni atiende, ni lee, siga creyendo y tragando todo lo que se le eche. Y que no engañen ni mientan: los socialistas están con los separatistas.

Ortega y Gasset en su famosa obra “España invertebrada”, escribía que

 “La unidad es un aparato formidable por sí mismo, y aún siendo muy débil quien lo maneje, hace posible las grandes empresas. Mientras el pluralismo feudal mantenía desparramado el poder de Francia, de Inglaterra, de Alemania, y un atomismo municipal disociaba a Italia, España se convierte en un cuerpo compacto y elástico al tiempo”.

También es este libro escribía que “La desventura de España es la escasez de hombres dotados de talento”

 



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