En una serie de entregas vamos a ver cómo se excluían a las personas
durante la II República Española, por motivos y criterios puramente ideológicos
y personales. Una vez más, y como ya hemos dicho muchísimas veces, queda
demostrado que en aquella república no había verdadera libertad, aparte de ser
excluyente y fanática.
Vamos a transcribir decretos, normas, cuestionarios, programas, etc, incluso
la Ley de Vagos y Maleantes de Azaña, que aparecieron en la Gaceta de Madrid,
que a la sazón era el Boletín Oficial del Estado, BOE.
Como decíamos en la
entrega anterior, es ésta veremos el control político que se ejercía sobre las
mentes del ejército republicano.
En la Gaceta de Madrid
de fecha 16 de octubre de 1.936, parece una Orden por la que se crea el
Comisariado General de Guerra, cuyo fin era el de “ejercer un control de
índole políticosocial sobre los soldados, milicianos y demás fuerzas armadas”. El comisario que posteriormente se
nombraría fue Julio Álvarez del Vayo que, además de ser un incondicional del
filosovietista Negrín, era un fanático admirador de la URSS, como quedó
demostrado en sus libros “La nueva Rusia” y “Rusia a los doce años”. Posteriormente,
y mucho tiempo después de terminada la Guerra Civil española, se apuntó al
maoísmo, como quedó demostrado también en su otro libro “China vence”.
¿Qué clase de democracia
era aquella de la República, en la que el gobierno quería controlar social y
políticamente al ejército? ¿No se criticaba, y se critica, a Franco por esto mismo?
En la próxima entrega,
veremos otra depuración republicana: la practicada en la enseñanza.
Nota.- La foto es de una
fosa común del gulag de la admirada Unión Soviética.
Continuará.
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